|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La actriz inglesa Judi Dench nunca pensó volver a ser la reina Victoria, a la que ya encarnó en 'Su majestad Mrs. Brown' (1997), de John Madden, que le valió una nominación al Oscar, que contaba la relación entre la reina Victoria y el sirviente escocés John Brown, pero ahora es de nuevo esa monarca en 'La reina Victoria y Abdul' (2017), un drama histórico que compitió en la Mostra de cine de Venecia, donde nos da otro recital interpretativo a las órdenes de Stephen Frears tras haber hecho con él 'Philomena' (2013).
Esta vez se cuenta la historia real, apenas sabida, de la reina Victoria y su amistad con un joven criado indio, Abdul Karim, al que conoció en la celebración en 1887 de sus 50 años de reinado cuando éste, en representación de su país, fue a entregarle como presente una moneda de oro conmemorativa acuñada en la India, y acabó siendo su confidente, su maestro y su amigo, durante los últimos años de su vida, lo que provocó un auténtico cisma en el palacio entre los componentes de la corte e incluso de su familia ante la presencia de un extranjero, un musulman de clase baja, entre los más íntimos de su majestad y gozando de su protección frente a las zancadillas que trataban de ponerle.
El guion de Lee Hall se basa en el libro 'Victoria & Abdul: The true story of the Queen's Closest Confidant', de Shrabani Basu, que recoge esa historia, oculta durante un siglo, a la que, como se dice al comienzo, se le han añadido otras cuestiones ficticias que la hacen más divertida aún sin cabe, sin quitarle la seriedad y el rigor que los hechos exigían.
La autora hindú visitó el castillo de Osborne en la isla de Wight donde vio fotos de ambos juntos y se interesó por el personaje que se convirtió en el munshi (maestro) de la soberana a la que le enseñó el idioma urdu y sobre ello escribió este relato.
Para la reina la presencia de Abdul significada salir de la aburrida vida protocolaria y las costumbres de la monarquía inglesa, hastiada de tantos eventos que presidir y entrevistas con mandatarios al sentirse sola frente a los deberes que le exigía su cargo.
En esa amistad, que duró durante los últimos 14 años de la longeva regencia de la reina hasta su muerte en 1901, había un choque de culturas, de razas, de religiones, de clases, incluso de generaciones, ella tenía 81 años y él 25, pero lo que no falta es el lado humano de esta historia en la que el joven indio le ayuda a ver los cambios sociales desde una perspectiva distinta y a recuperar el humanismo que había olvidado al estar aislada dentro de la corte de la que no le permitían salir por seguridad.
Judi Dench, que ya había interpretado a otra reina, Isabel I, por la que ganó el Oscar en Shakespeare in love (1998), vuelve a ceñirse la corona de esta Victoria a la ya hizo veinte años más joven y ahora al final de sus días, como una mujer de fuerte carácter capaz de regir y dominar un imperio con mil millones de súbditos.
Stephen Frears parece haberse afincado en la realeza tras hacer 'The Queen (La reina)' (2006) y ahora ésta que saca con solvencia como es su costumbre.
Como es habitual en el cine británico, además de su bien hacer en la puesta en escena con impecable factura técnica, demuestra una vez más su buen gusto en la ambientación, en la elección de decorados y vestuarios que le dan un punto de realidad a lo que se nos está narrando.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE