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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacía tiempo que no veíamos en una pantalla una historia tan hermosa como la que se nos cuenta en 'La librería' (2017), ya que el cine últimamente está inundado materialmente de adaptaciones de comics de superhéroes y de producciones de terror que tanto gustan a la juventud.
Está inspirada en la breve novela homónima de Penelope Fitzgerald (1916 / 2000), publicada en 1978, que sitúa la acción en el pequeño pueblo de Hardborough en la costa británica, ambientada en la Inglaterra de 1959, que tiene como protagonista a Florence Green, una mujer viuda, alegre, de espíritu libre, que vive en la tradicional y adormecida población, cuyo sueño y el de su difunto marido, que concibieron desde que se conocieron, es abrir la primera librería del lugar, que es lo que a ella también más le gustaba.
Hardbororugh es un tranquilo pueblo inglés, alejado de las revoluciones sociales y sexuales que tenían lugar en los lejanos grandes centros urbanos.
Con la ayuda y el apoyo de la joven Christine, a la que contrata como ayudante, arreglan y ponen a punto una vieja y emblemática casa del pueblo, lo que agitará los sentimientos soterrados de la gente, que le hará enfrentarse a sus vecinos, encontrando la oposición local, amable pero despiadada, cuya sencilla e inocente decisión se convierte en un campo de minas político, ya que para su sorpresa ésto desatará todo tipo de reacciones entre los habitantes, teniendo que luchar contra su considerable apatía y frialdad.
Afortunadamente logrará que cambie a mejor la mente estrecha de ellos al ofrecerles la mejor literatura del momento, abriendo así los ojos a un despertar del pueblo que no se había alterado durante siglos.
Allí entablará una singular amistad con el solitario Mr. Brundish, que también es viudo, que lleva más de cuarenta años aislado voluntariamente en su mansión, que también es un amante de la lectura, que se convierte en el más fiel lector de los libros que Florence trae al pueblo y por ende su mayor defensor.
Ambos desearían haberse conocido en una vida anterior.
No todo será tan fácil como parece y es que los impedimentos de los vecinos y sobre todo de la mujer más influyente del lugar, la aristocrática y adinerada Mrs. Violet Gamart, que se opone a ello dificultando el trabajo a Florence, ya que pretende acabar con su negocio para crear un centro de las artes en ese mismo lugar, algo que no se le había ocurrido hasta que ella arregla la vieja mansión, echándole encima a las autoridades y finalmente viéndose apoyada por una nueva ley que le favorece.
La librería traerá unos cambios que afectarán al pueblo de manera significativa debido al conocimiento de libros como Fahrenheit 451, Crónicas marcianas o la escandalosa Lolita.
Las obras de Ray Bradbury y Vladimir Nabokov significaron a mediados del siglo XX un soplo de aire fresco, como refleja la película de Isabel Coixet.
Es un hermoso film que hace una crítica a los poderosos que tratan de aplastar a los más débiles, que no se rinden a pesar de las circunstancias adversas, al tiempo que hace un homenaje a las personas que se arriesgan y a las mujeres que se atreven a hacer frente a las dificultades por cumplir un sueño.
La directora expone esta historia con finura y delicadeza, que posiblemente esté entre las mejores cintas de las suyas, que está muy bien, es entrañable y con muchos elementos de interés, que reivindica la literatura, con un homenaje a escritores famosos.
A pesar de estar realizada por una española, Isabel Coixet, tiene todos los atributos de una producción británica, con una fotografía muy cuidada o una maravillosa banda sonora de Alfonso de Vilallonga, el músico habitual de las producciones de la directora catalana, que no se prodiga mucho en cine, y sobre todo en su modo de llevarla a cabo influida por los paisajes y por los actores netamente ingleses que están espléndidos, entre ellos Patricia Clarkson que es la tercera vez que actúa a las órdenes de esta directora, y no menos notables las actuaciones de la encantadora Emily Mortimer y del veterano Bill Nighy, sin olvidar a la pequeña Honor Kneafsey.
La barcelonesa Isabel Coixet, autora de notables películas como 'Mi vida sin mí' (2003) o 'Elegy' (2008), que actualmente es una de las mejores y más internacional de las directoras españolas, recupera el tono perdido en algunas de sus últimos films, con un substrato dramático estupendo.
'La librería' (2017) se ha convertido ya en la más comercial de esta realizadora.
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