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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras la trilogía masculina de esta saga, que comenzó siendo un remake de 'La cuadrilla de los once' (1960), de Lewis Milestone, con Frank Sinatra, Dean Martin y Angie Dickinson, creada por Steven Soderbergh, ahora por lo visto comienza la femenina, lo que dependerá de lo que diga la taquilla, porque esta primera entrega no ha entrado con mucho brío.
Esta vez las maestras del robo son mujeres efectuando el mayor que hayan realizado en sus vidas, el famoso collar de diamantes de Cartier conocido como el Toussaint, único en el mundo.
Debbie Ocean acaba de salir de la cárcel y planea ese importante trabajo que lleva planeando el tiempo que ha estado encerrada.
Su objetivo es hacerse con el valioso collar valorado en 150 millones de dólares que llevará Daphne Kluger durante la gala benéfica del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que organiza la revista Vogue.
Para realizar su plan, Debbie y su socia Lou Miller, reclutarán al equipo criminal perfecto, compuesto, además de ellas, por Rose, Daphne Kluger, Nine Ball, Tammy, Amita y Constance.
Con ellas tienen todo lo que necesitan: una hacker, una diseñadora en crisis, una carterista, una perista, una joyera y hasta una madre de familia que comercia en negro.
Cuarta entrega de la saga pero esta vez con mujeres como protagonistas con un reparto de primera fila, en la que las señas de identidad de la franquicia se mantienen combinando con elegancia comedia, acción y algo de suspense en un ambiente de lujo y dinero.
Lo mejor del film Anne Hathaway que hace una especie de actriz o modelo famosa, que parece tonta pero que en el fondo es más lista de lo que aparenta y James Corden que es músico, actor y presentador de televisión que aquí tiene un papel secundario de un inspector de seguros muy divertido.
Durante el evento se suceden los cameos de famosos, entre ellos Katie Holmes, Anna Wintour, Tommy Hilfiger, las Kardashian, y algunos más.
El guion le echa mucha fantasía, ya que todos los problemas se resuelven con facilidad y rápidamente, aunque sea sobre la marcha, para burlar una seguridad prácticamente perfecta.
Es simpática, entretenida, con giros sorprendentes y una vuelta de tuerca final, o sea que lo que se espera, que no es más que para pasar un rato entretenido.
Se empezó a pensar en esta nueva entrega hace cinco años cuando aún no se habían puesto de moda los movimientos feministas actuales y ahora en cambio se le tacha de oportunista.
Aquí de nuevo se repiten, una vez más, los mismos esquemas de las anteriores en las que los protagonistas eran los hombres. Esta vez es la hermana de Danny Ocean la que sale de la cárcel al igual que su hermano lo hacía en 'Ocean's eleven' (2001).
En esta ocasión en lugar de robar tres casinos será una valiosísima joya de 150 millones de dólares, para lo que igualmente necesita un equipo de especialistas en cada una de las facetas del robo.
Uno de los alicientes de la película, especialmente para las espectadoras, es el desfile de modelos de firmas de alta costura que exhiben los famosos que aparecen en la gala.
En este género el objetivo, que es el robo, ha de ser espectacular, así como la planificación del golpe, llevado a cabo sin armas, con una precisión absoluta, aunque en este caso falta un poco de sentido del humor y además es bastante plana en su narrativa, sin subidas de emoción en ningún momento.
Los actores da la impresión de que actúan con poca convicción en lo que están haciendo, a pesar de la fama que arrastran, tal vez sea debido a una fría dirección de Gary Ross que hace con este su cuarto largometraje como director tras debutar con 'Pleasantville' (1998) al que siguieron 'Seabiscuit, más allá de la leyenda' (2003) y 'Los juegos del hambre' (2012).
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