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CRITICA
Por: PACO CASADO
Producciones cinematográficas de guerra hay de diversas clases, aquellas que se desarrollan únicamente en las trincheras y las que tratan de llevar a cabo una misión contra el enemigo para lograr el objetivo de obtener la victoria en la que también hay disparos y aventura para conseguir lo propuesto.
Esta que comentamos, que está producida por J.J. Abrams, se puede enclavar en este segundo apartado, pero ambientada en la Segunda Guerra Mundial, se le añaden algunas escenas pertenecientes al género del terror.
En este caso se narra una historia que se desarrolla en la víspera del Día D, el 5 de junio de 1944, en la que un grupo de soldados paracaidistas norteamericanos, son enviados a la Francia ocupada por el ejército nazi, donde deben realizar una peligrosa misión crucial detrás de las líneas enemigas, que es esencial para ganar la guerra y obtener la victoria.
En una pequeña aldea, ocupada por las tropas nazis, en la que se encuentra enclavada una torre en cuyo interior de la cual hay una emisora del Tercer Reich que pone en contacto a las tropas alemanas, lo cual será fundamental destruirla para evitarlo.
Pero además en los bajos de la misma está enclavado un laboratorio nazi en el que los alemanes llevan a cabo grotescos y descabellados experimentos con los habitantes de la localidad que toman como prisioneros, fruto de los cuales resultan unos extraños monstruos con una fuerza sobrenatural contra los que tendrán que luchar si quieren sobrevivir.
Cuando el avión que los lleva a su objetivo es derribado, debido al intenso fuego enemigo, han de saltar en paracaídas y la mayoría de los soldados mueren en el aterrizaje o son ametrallados por el enemigo, únicamente seis de ellos logran quedar con vida, entre los que están el soldado Ed Boyce que encuentra al cabo Ford, un veterano experto en explosivos, Tibet, un francotirador, Chase un fotógrafo de guerra y entre todos tratarán de llevar a cabo la misión de cumplir el objetivo.
Por el camino encuentran a Chloe, una mujer del pueblo, que les ayuda y les da refugio en su casa, donde vive con una tía enferma y Paul, su hermano pequeño de pocos años.
Pero a medida que se acercan al objetivo, comienzan a darse cuenta de que algo más que una simple operación militar está sucediendo en esa aldea ocupada por los nazis.
La formación militar básica que han recibido no les ha preparado para lo que tendrán que afrontar, ya que habrán de luchar contra una despiadada amenaza, librando una desigual batalla con una tropa de super soldados manipulados genéticamente.
La aventura bélica resulta interesante por la emoción que depara en algunos momentos, pero lo que menos interesa o resulta más inverosímil, son los experimentos y sus resultados que son los que originan el mayor terror, la violencia y la casquería que se deriva de los enfrentamientos.
Con una espectacular secuencia inicial en el avión, 'Overlord' (2018) es la segunda película que realiza el australiano Julius Avery tras debutar con 'Son of a gun' (2014) como director, después de haber dirigido media docena de cortos cuyos guiones escribió y algunos de los cuales fueron fotografiados y montados por él.
En esta ocasión consigue un buen ritmo y hace que el interés no decaiga en ningún momento.
Tiene un guion bien estructurado, sin basarse en ningún cómic o novela, que lo único que pretende es entretener.
El protagonismo recae en el negrito actor Jovan Adepo y a su lado encontramos a Wyatt Russell, hijo del actor, Ken Russell y Goldie Hawn, y Mathilde Ollivier que cumplen con sus cometidos.
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