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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los orígenes del más famoso cuento infantil, algunos lo sitúan en China, donde un príncipe buscaba a una princesa que le encajara su diminuto pie en un pequeño zapato de cristal.
La historia fue tratada tanto por Charles Perrault como por los Hermanos Grimm.
El cine se ha ocupado a lo largo de los años de hacer diversas versiones sobre este clásico infantil, pero la más famosa, sin duda, es la que hizo en dibujos animados Walt Disney, en 1950.
Ahora nos llega una nueva de Andy Tennant, como coguionista y director, en la que toma un cejo distinto con algunas variantes. Cenicienta no es una humilde chica ignorante, sino una muchacha de fuerte carácter y sensibilidad cuyo noble padre le ha enseñado a ser culta, valiente y decidida.
No hay hada madrina, que se sustituye por los favores del famoso inventor y pintor Leonardo da Vinci.
La zapatilla no es de cristal sino de pedrerías y la pierde en las afueras del castillo.
De las dos hermanastras una está a favor y otra en contra, como la madrastra.
Los cambios tal vez sean lo de menos, lo interesante es que se ha intentado dar a la historia un tono realista al estar encarnada por personajes de carne y hueso que se aproximaran a la realidad, consiguiendo una comedia romántica, sin caer en el tópico de la sensiblería y dotándola con algunos momentos de comedia y buen humor.
La película se inicia con el relato de una gran dama que le cuenta a los hermanos Jacob y Wilhem Grimm la historia de una de sus antepasados y así en un flash back conocemos lo acontecido.
El film no se propone otra cosa que recrear el cuento lo más fiel posible, con pequeñas libertades con respecto al original.
Drew Barrymore, que está ganando mucho como actriz últimamente, encarna a una Cenicienta convincente, llevándose la parte del león junto a Anjelica Huston, en el papel de la excéntrica madrastra.
Dougray Scott da más el tipo físico que otra cosa en el papel del príncipe.
En definitiva una nueva versión correctamente dirigida por Andy Tennat director de Dos por el precio de una (1995), Sólo los tontos se enamoran (1997) que se deja ver, con una estupenda partitura de George Fenton, editada por Polygram.
Premio Saturno de la Academia de Ciencia ficción a Drew Barrymor y al vestuario. Premio Blockbuster a Drew Barrymore. Premio Blimp a Drew Barrimore.
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