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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine gallego parece que está resurgiendo ya que en poco tiempo hemos podido ver dos producciones con su sello, Longa noite (2019) y ahora 'Lo que arde' (2019) ambas del mismo año.
Esta es la tercera película de Oliver Laxe, un director nacido en París pero gallego de corazón, que puede ser una de las mejores españolas del año, que cuenta la historia del retorno a su casa de Amador Arias, un pirómano, un hombre estigmatizado por la sociedad, junto a Benedicta, su octogenaria madre, después de haber cumplido unos años de cárcel por provocar un gran incendio.
La opinión pública siempre busca un único culpable, un pirómano que como cabeza de turco pague por los pecados de los responsables que están por encima de él.
Nadie espera a Amador cuando sale de la prisión.
Regresa a su hogar, a una aldea perdida en las montañas lucenses entre la naturaleza que le rodea, donde volverá a convivir una temporada con Benedicta, su madre, con Luna, su perra, y con sus tres vacas.
Las vidas de ambos transcurren al ritmo sosegado del entorno de la naturaleza que les rodea hasta que todo cambia cuando un nuevo y violento incendio vuelve a arrasar con todo lo que hay en la zona.
El film tiene un argumento mínimo, esquemático, con las palabras justas, sobre este personaje, considerado por algunos como un monstruo, que en manos de Oliver Laxe toma un curso realmente inesperado.
Lo que arde es mucho más que el bosque y las montañas gallegas, es el alma de los habitantes de aquellos alrededores que ven atónitos cómo todas sus pertenencias, por las que han luchado durante toda una vida, se pierden en un abrir y cerrar de ojos ante un fuego devorador que todo lo arrasa a su paso.
La cinta se inicia con las imágenes de dos enormes máquinas que de noche van haciendo caer a jóvenes eucaliptos hasta que tropiezan con un enorme ejemplar centenario que les para su arrasadora trayectoria, como una especie de símbolo de no es solo el fuego el que deja desiertos los bosques, sino que también la mano del hombre, por intereses espúreos, acaba igualmente con ellos.
Filmada en 16 mm. con actores no profesionales que se muestran de manera muy natural, es un viaje poético hacia lo inenarrable.
Parca en palabras, las justas, como también en acciones, donde la vida transcurre plácida y monótona, sacar las vacas a pastar, una vaca que se pone enferma, una cerveza en el bar, la televisión que da la noticia del regreso de la campana Berenguela reformada a la catedral de Santiago de Compostela y poco más, hasta que ocurre un nuevo incendio y todos creen que es una nueva obra de Amador, algo que queda en un final abierto, lo que decepciona un poco al espectador que desea saber por fin quien es el culpable en esta ocasión de la nueva catástrofe.
Tiene una fotografía estupenda, muy empastada en los colores, tanto en interiores como en el exterior con campos cubiertos por la niebla, la humedad, la bruma, la lluvia o el fuego, que son de una notable belleza.
Por su ópera prima Todos vosotros sois capitanes (2010), Oliver Laxe logró el premio Fipresci de la Quincena de realizadores del Festival de cine de Cannes.
Con la segunda Mimosas (2016), se hizo con el Gran premio de la semana de la crítica en el mismo certamen.
Ahora la historia de amor del director gallego se reforzó este año con su presentación nuevamente en el festival francés con 'Lo que arde' (2019), una aproximación a la problemática de los incendios forestales y otra muestra de la sensibilidad y la poesía de este cineasta.
Premio del jurado en la sección Una cierta mirada del Festival de cine de Cannes.
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