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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada vez está más extendido el hecho de poder hacer producciones de dibujos animados porque se pueden crear por ordenador aunque ya no sean tales dibujos con se conocían tradicionalmente, pero lo que se cuentan son historias igualmente asequibles a los pequeños espectadores con una gran fantasía que también les agradan.
Confirma lo que decimos que en Perú estén tres títulos en producción en los momentos de escribir esta crítica.
Así ocurre con Ainbo: La guerrera del Amazonas (2020) que está basada en las leyendas y mitos amazónicos, donde se nos narra la vida de Ainbo, una chica que vive en una especie de paraíso en lo más oculto de la selva peruana; ella tiene 13 años, es huérfana de madre, y es una gran cazadora, posiblemente la mejor de su tribu.
Un día el jefe de la aldea de Candamo dice a su hija Zumi que, que vive en lo más profundo del Amazonas, que ha llegado la hora de que sea ella la jefa y tendrá que hacer frente a la maldición que azota a sus gentes.
Ainbo le quiere hacer el regalo de los espíritus del bosque que se le han aparecido, Dilo, un divertido armadillo, y Vaca, un tapir de enorme tamaño, algo tonto.
Pero ambos desaparecen repentinamente cuando se los va a presentar a Zumi, para que le ayuden a salvar su hogar.
Zumi sólo quiere que su padre, que está enfermo, se recupere, y desea la salud para todos los conciudadanos de su pueblo.
Entre tanto Atok, uno de los guerreros de la tribu, culpa a Ainbo de ser la que trae la maldición a la aldea y va en su busca para eliminarla.
Pero Ainbo no parará hasta extinguir la maldad de Yakuruna, que es quien realmente trae los maleficios a su pueblo, y de camino luchará contra los hombres blancos que tratan de destruir la frondosa amazonía antes de que sea demasiado tarde, siempre guiada por el espíritu de su madre, fallecida hace tiempo.
Esto no es más que el principio de un largo relato en cuanto a los acontecimientos que ocurren, no en duración de la trama que apenas llega a la hora y media, que resulta bastante asequible para la atención de los pequeños espectadores, para los que la única pega pueden ser los nombres de los indígenas que no son muy habituales, pero pronto se quedarán con ellos.
En este sentido el argumento está trabajado y con muchas aventuras que contar de los personajes entre los que algunos muestran, como aspecto positivo, su arrepentimiento de ir en contra de Ainbo.
La dirección corre a cargo del peruano José Zelada que debuta en la realización con este largometraje animado, ayudado por el alemán Richard Claus que, aunque no disponen de muchos medios, salen adelante con sencillez y una cierta dignidad.
Por otra parte se hace una crítica acerca de la ambición del hombre blanco por el oro, que destruye la selva amazónica y una defensa del espíritu ecológico para la conservación de ese espacio verde, el bosque tropical más grande del mundo, que cada vez más es tan necesario para la conservación de nuestro planeta además del que depende la estabilidad de millones de personas.
Es esta una lección que es conveniente que los espectadores pequeños, en este caso, aprendan desde niños y continúen aplicándola después de mayores.
Los dibujos son muy elementales y el colorido no acaba de ser de una gran calidad, pero son aspectos menores que no impedirán la diversión de los pequeños de la casa.
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