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CRITICA
Por: PACO CASADO
Resultan tristes muchas cosas en esta película. Desgraciadamente para los autores no se trata de las cosas que ellos querían que fuesen lacrimógenas.
Es triste la vulgaridad de esta historia, en la que una serie de situaciones forzadísimas y ya manoseadas, sólo tenían la salida de la verdadera poesía.
Había que transfigurar el folletín, enriqueciéndolo con una calidad humana, plena de la nobleza del pobre, del perseguido, del humilde, de inadaptado, ladrón a ratos, que busca difícilmente el salvar el posible de vivir al día.
Había un lejano modelo. “El chico” de Charles Chaplin. Y aunque Totó, el gran actor, en algunos momentos parece haber comprendido de qué se trataba, le resulta imposible hacer.
Todo lo que le rodea es lamentable, incluido Pablito Calvo, un Pablito ya crecido, sin la dulce inocencia que era su patrimonio en Marcelino, un Pablito “quedado”, que tiene madera, que quería dar algo, pero sin personaje que encarnar, y sin dirección verdadera.
Película ya pasada, con cortes importantes, atribuibles a sus vetustos.
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