|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Pedro Olea pertenece a esa nueva generación del cine español gracias a la cual nuestra cinematografía nos da, de vez en cuando, algunas muestras dignas que nos representan en los festivales internacionales con una cierta altura y categoría.
Cuando en la Semana de cine de Valladolid tuvimos ocasión de ver 'El bosque del lobo' (1970) y el triunfo obtenido, tomamos plena conciencia de que en Pedro Olea había madera de un buen director y que allí comenzaba verdaderamente su auténtica carrera cinematográfica, pese a que no fuera su primera película pero sí la primera ciertamente importante.
Sus posteriores títulos hasta llegar a 'Tormento' (1974) nos han confirmado en esta idea.
Tras los estupendos logros de 'El bosque del lobo' (1970), 'No es bueno que el hombre esté solo' (1973) y 'La casa sin fronteras' (1972), Pedro Olea aborda esta obra, no demasiado conocida, de don Benito Pérez Galdós, respetándola en todo lo posible, aunque con algunos pequeños cambios.
Después de haber logrado hacer una fortuna en México, Agustín Caballero llega a Madrid para ver a sus parientes los Bringas.
En su casa conoce a Amparo, una joven lejana pariente de sus anfitriones que la tienen como una especie de criada.
El rico indiano se enamora de Amparo y quiere casarse con ella.
Pero ignora que la joven ha tenido una apasionada relación con un sacerdote, Pedro Polo, y que la ruin y ambiciosa Rosalía de Bringas tiene sus propios planes sobre la abundante fortuna familiar.
Realizado con una gran seriedad en su planteamiento y rigor a la hora de llevar al cine un clásico de la literatura española, como es éste, con toda la dificultad que supone de ambientación, vestuario y desarrollo dramático de cada uno de los personajes, en donde no falta en ningún momento el espíritu galdosiano, mostrándonos un Madrid decimonónico a través de una pintura realista y dramática, no falta de cierta crítica a determinados estratos sociales, con su hipocresía y sus problemas.
El tema era importante y delicado a la vez, ya que se trata de Tormento, una muchacha que se ve envuelta en la pasión amorosa que por ella siente un sacerdote en lucha por el amor con un indiano rico que le ofrece su liberación.
La historia, que gira en torno a este problema, se ve enriquecida por la presencia de otros personajes secundarios pero no por ello menos importantes e influyentes con su conducta en el desarrollo de los hechos.
El director es consciente de la responsabilidad de llevar a Galdós nuevamente a la pantalla cuando ya existía el precedente de un maestro como Luis Buñuel, por ello ha cuidado perfectamente su ambientación, muy lograda en todo momento, tanto en interiores como en los exteriores, que prestan así un clima perfectamente adecuado al desarrollo de la historia.
'Tormento' (1974) es un film de un indudable notable nivel, cuidado en todos sus detalles y en su estilo, llevado a cabo con solidez y buenas maneras a la hora de ser puesta en imágenes y con el ritmo adecuado que la obra necesita.
Con un tono deliberadamente literario y con respeto a la obra, Pedro Olea no cae en seguir puntualmente el argumento de la historia y cambia especialmente el personaje del sacerdote, el Padre Polo, aquí víctima de una pasión amorosa, lo que en la novela es tan sólo un deseo carnal.
Magnificando esta figura, eleva también las relaciones de Tormento con él.
Respeta el convencional final de la obra, dejándolo más claro al trasladar una frase del Indiano a la última escena.
Llevada con buen ritmo, abusando un poco del suspense en el desenlace, mediante escenas paralelas, Pedro Olea cuida la ambientación con un Madrid decimonónico muy logrado y unos actores dirigidos con maestría, y así no es extraño ver un buen trabajo de la estupenda Ana Belén, actriz de una gran sensibilidad que está cada día mejor, a la notable maestría de Paco Rabal que vuelve a ser una vez más un actor seguro, adecuadísimo a su personaje, así como Concha Velasco, de la que ha logrado una labor altamente meritoria, posiblemente una de las mejores, si no la mejor, y Javier Escrivá muy bien encajados en sus respectivos personajes, y de esa forma se obtiene como resultado una buena cinta.
Mejor película española en el Festival de cine de San Sebastián. Premio del CEC, Sant Jordi y Fotograma de plata a Concha Velasco. Premio del Sindicato del espectáculo a Concha Velasco, Amalia de la Torre y a la música de Carmelo A. Bernaola.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE