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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine español últimamente, de vez en cuando, retoma el género de esa comedia llana y sencilla, que recurre a algunos tópicos, para provocar la risa en el espectador.
Tras ser presentada fuera de concurso en el Festival de cine en español de Málaga, llega a la cartelera 'Sevillanas de Brooklyn' (2021).
Aquí se nos cuenta la historia de Ana, una chica de familia humilde de un barrio sevillano que, mientras que estudia Filología inglesa en la universidad, aprovecha el tiempo libre para enseñar a un grupo de niños a bailar sevillanas bilingües hablando en el idioma de William Shakespeare.
Hay que destacar la perfecta definición que se hace de lo que es el baile por sevillanas, el arte de la seducción entre el hombre y la mujer.
La familia, para complementar el sueldo que la madre gana como limpiadora en el hospital, se presenta en una agencia para acoger a un estudiante extranjero por el que le pagan 700 euros al mes.
Piensan que por el nombre de Ariel, el mismo de la Sirenita, será una chica, pero en su lugar le otorgan a Ariel Brooklyn, un chico, ya mayor, alto, que además es afroamericano y de familia americana adinerada.
Para ello simulan que viven en una gran casa y su modus vivendus es alto, cuando en realidad el marido está en paro, con lo que cometen un fraude que les puede costar ir a la cárcel.
Las peripecias de enredos que surgen de situaciones disparatadas y conflictos idiomáticos, es lo que constituye la base argumental del guion escrito por Juan Apolo y Nacho de la Casa en el que logran algunas escenas divertidas y otras esperpénticas que arrancan, a veces, las carcajadas de los espectadores, aunque sea, como decíamos antes, a base de algunos tópicos y del gracejo sevillano, que se sale de lo vulgar, con final de todo punto previsible, a pesar de algunos giros en contra para lograr el propósito inicial, que no es otro que el de divertir y hacer una película comercial a un tiempo.
Todo ello da lugar de paso a establecer unas relaciones, prejuicios y conocimientos sobre Estados Unidos y los americanos a pesar de que muchos de ellos no saben ni dónde está España.
Una cinta costumbrista con dosis de crítica social en la que se habla también del orgullo de clase y sobre el racismo que origina situaciones sobre el choque cultural entre ambos países, pero con escenas hilarantes, sin caer en la caricatura a la vez que entretiene y divierte.
Se tocan temas como la picaresca, la diferencia de clases, los prejuicios, el orgullo de pertenencia, la defensa de la unidad de la familia en la que a nadie se le niega un plato de puchero a pesar de ser humilde socialmente y todo ello tratado en tono de comedia.
En el acertado reparto destaca la divertida interpretación de Estefanía de los Santos en el papel de Carmen, la madre de la familia, correcta Carolina Yuste a la que acabamos de ver en Chavalas (2021) y El Cover (2021), aquí en el papel de Ana y más sosito Sergio Momo como Ariel, entre los principales protagonistas.
Sobrios y en sus cometidos, como siempre, Manolo Solo, Adelfa Calvo y María Alfonsa Rosso respaldando el reparto de secundarios.
El director valenciano Vicente Villanueva, a quien se le deben títulos como Lo contrario al amor (2011), Nacida para ganar (2016) y Toc Toc (2017), logra un justo equilibrio a la hora de hacer el género de la comedia, en esta ocasión sacándole partido al gracejo sevillano y a las situaciones cómicas.
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