|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacer un nuevo comentario crítico en estos momentos sobre 'El acorazado Potemkim' (1925), puede parecer hasta pedante e incluso caer en el tópico, después de los años transcurridos, tras la ingente cantidad de literatura de estudios, esquemas, artículos y publicaciones que se han hecho a lo largo de todos estos años en torno a esta obra maestra del cine tras haber sido elegida por 117 críticos de todo el mundo, en Bruselas en 1958, como la mejor película de la historia del cine, hasta esos momentos, y ser reconocida como una auténtica obra maestra antológica de la historia de la cinematográfica.
Más valdría hacer una crónica socio-política del entorno y las prohibiciones de este film, que no sólo fue prohibido en España sino también en otros muchos países en el momento que vio la luz, por considerarse que incitaba a la revolución.
Pero también aquí podríamos caer en el tópico y la repetición por lo sabida que es toda esta historia.
Más nos valdría remitirles a ustedes a cualquier tratado cinematográfico que dirá mucho más en extensión y detenido estudio en cualquiera de sus aspectos.
No obstante contribuyamos a esta merecida divulgación aportando algunos datos que tal vez no sean conocidos por algunos.
En plena revolución rusa de 1905, la tripulación del acorazado Potemkim se amotina contra el brutal y tiránico régimen de los oficiales del buque y la consiguiente manifestación que se lleva a cabo en las calles de Odessa que causa una masacre policial.
A nadie escapa que por su fecha de producción se trata de una cinta muda, a la que en 1950 se le incorporó una banda sonora musical que, por cierto, le cuadra muy adecuadamente y se ajusta perfectamente a las imágenes siguiendo el ritmo interno de las mismas, lo cual la hace más asequible al espectador de hoy que está acostumbrado a ver películas sonoras.
Fue realizada para conmemorar el 20 aniversario de la sublevación de aquellos marineros del Potemkim, que fueron ayudados por la población de Odessa, con la consiguiente represión de las tropas zaristas, en esa escena antológica de las famosas escaleras de 190 escalones filmada en 170 planos, miles de veces estudiada por los cineastas de todo el mundo.
Indudablemente Eisenstein era un maestro del montaje y en este sentido el film sigue conservando aún fresco todos sus valores, siendo hoy día admirable la construcción de determinadas secuencias, la creación de un tiempo y un espacio fílmicos e incluso sus virtudes revolucionarias, siguiendo, paso a paso, la reconstrucción de los hechos históricos, en los que el pueblo tiene valor de protagonista.
Poco más se puede añadir, si no nos queremos repetir ni salir de los límites de lo que es una reseña crítica para pasar a un estudio más de los ya existente sobre esta obra maestra del cine.
Añadamos el dato del gran suceso que ha supuesto por fin su estreno en España, no sólo ya a nivel artístico y de simple cinéfilo, sino también de corte social, con un público que acudió de forma masiva a las cuatro sesiones del día del estreno y que aplaudió enfervorizado al término de cada una de ellas.
Por último anotemos que dada la corta duración de la cinta base, el programa está complementado por el corto canadiense El hombre multiplicado, de notable calidad, y Guernica, de Alain Resnais, sobre los sucesos histórico acaecidos en la famosa ciudad española, completando un excelente programa de visión obligada para todos los buenos amantes del cine, que estamos seguros sabrán agradecer y así lo deseamos para bien del CINE con mayúsculas.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE