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RITICA
Por: PACO CASADO
Yvan de Wiel, un banquero privado de Ginebra, viaja a Buenos Aires en la Argentina, en compañía de Inés, su esposa, en plena dictadura de Videla, para sustituir a su socio, René Keys, que asesoraba a un importante capitoste del país, objeto de los inquietantes y preocupantes rumores, ya que ha desaparecido de la noche a la mañana, cuando tenía a su cargo a un grupo de importantes accionistas, entre los que figuraba incluso la iglesia a través de Monseñor Tatoski, vinculado a la esfera del poder.
Esa desaparición, que en este caso no es de tipo político, sino económico, es el macguffin de esta historia diferente sobre la dictadura argentina situada en 1980.
Su banco proviene de tres generaciones anteriores, ya que fue fundado por su abuelo, lo mantuvo su padre y ahora lo dirige él.
Entre espléndidos salones, piscinas y bellos jardines vigilados, éste celebra varias reuniones entre banqueros a los que, expone sus métodos diferentes a los que llevaban hasta ahora.
Ellos son cómplices de una forma de colonización discreta pero despiadada y llevan con evasivas cualquier información acerca de la desaparición de Keys de lo que muy bien podía ser la represión militar la culpable en esta historia de secretos y mentiras.
Keys no vivía en un hotel, sino que tenía una casa en la que Wiel halla unos papeles en los que figura el nombre de Lázaro bajo el que se puede ocultar a alguien en clave y tras investigar no obtiene la menor respuesta.
Una de las entrevistas que lleva a cabo es con un terrateniente de la Pampa, Augusto, casado con Magdalena, cuya inteligente hija Leopolda ha desaparecido y sus dos hijos varones con unos inútiles.
"Los parásitos hay que erradicarlos incluso los de las mejores familias". "Somos codiciosos cuando los otros son prudentes", son algunas de las opiniones que se desprenden de una recepción en el Círculo de armas con diversos empresarios y autoridades.
Entre los banqueros tienen una especie de lenguaje secreto de palabras claves cuando están delante de clientes y una de ellas es Azor que significa cállate, cuidado con lo que dices.
En esta ocasión se han unido las cinematografías de Argentina, con la de Francia y de Suiza para coproducir esta historia que transcurre al final de los años ochenta del pasado siglo en vísperas de la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol que tuvo lugar en aquellas tierras.
El encargado de llevarla a efecto es Andreas Fontana, cineasta suizo de 40 años, que vivió un tiempo en Argentina y que ahora ha escrito este guion original con esta historia de ficción en compañía de Mariano Llinás, como una más de las muchas que se produjeron en aquellos años dictatoriales, con un final demasiado precipitado que desvela la clave de Lázaro.
El relato está dividido en cinco partes: La gira del camello, Las visitas, Un duelo, La gala y Lázaro, como los capítulos de una novela, y está llevado de forma bastante plana, sin altibajos de momentos que eleven la emoción en ningún instante de la narración, de manera clásica tal vez fruto de ser su ópera prima en la que ha preferido no complicarse mucho en este sentido con una buena ambientación de la época y un trabajo correcto de unos actores que no son muy conocidos por estos lares resultando muy agradable la presencia de la actriz Stéphanie Cleau en el personaje de Inés de Wiel.
Premio Golden Tomayto al mejor thriller. Premio al talento emergente en el Festival de Zurich.
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