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CRITICA
Por: PACO CASADO
El título original es 'The pink jungle' (La jungla rosa) que le va mejor que el español, ya que hace esperar la tópica película de aventuras con un argumento conocido, confiada a un renovador director del cine norteamericano como Delbert Mann, del que recientemente hemos visto de su mejor etapa 'Marty' (1955), y que después se pasó al cine más comercial del momento.
Ben Morris, un fotógrafo publicitario norteamericano, se cita en el lugar en que había quedado en un país sudamericano, con una famosa modelo profesional para realizar una serie de fotografías publicitarias para el lanzamiento de un nuevo lápiz de labios para un revista de moda, en el marco de una supuesta selva peligrosa.
La pareja tiene el primer tropiezo en la misma frontera, donde un maniático de los agentes secretos los toma por miembros de la CIA.
Después caerán en manos de los vendedores de mapas que señalan el lugar donde se encuentra oculto un supuesto valioso tesoro.
Finalmente un pintoresco aventurero consigue asociarlos a su causa en la búsqueda de un filón diamantífero.
Debido a todas esas circunstancias imprevisibles se ven metidos en una peligrosa aventura, teniendo que unirse a unos hombres desaprensivos y sin escrúpulos, cuyo descubrimiento ha costado ya varias vidas humanas.
Estas incidencias de la expedición, y el enfrentamiento de los que la componen, es lo que constituye el desarrollo del film que no ofrece especial novedad dentro del género de aventuras, puesto que casi todo lo que se va contemplando recuerda a otros parecidos en interpretaciones de cintas consagradas que desarrollan un patrón similar.
Pero la sorpresa está en el intencionado y agudo guion de Charles Williams que está lleno de profecionalidad y agudeza.
Juega con unos personajes vulgares, conocidos y sin originalidad, a los que Williams les da la vuelta, al igual que a las situaciones, logrando un ambiente realista, desenvuelto y cargado de mordacidad en el que se van eliminando los peligros de repetición que amenazaban en un principio.
Los personajes están bien descritos y llevados, con un final que critica el intervencionismo yanqui, y una serie de detalles de humor que son capaces por sí solos de dar fuerza a escenas que sobre el papel no tenían nada de particular.
El guion de Charles Williams está basado en la novela Snake water, escrita por Allan Williams, cuyo desarrollo no ofrece especial novedad dentro del género de aventuras, visto en otras producciones similares.
Ante este material Delbert Mann se limita a realizar con soltura y bastante corrección, pero sin aportar nada nuevo o de valor, que podía haber redondeado la película.
Buena la fotografía en color de Russell Metty.
En la interpretación destaca la protagonista Eva Renzi, que actúa con desenvoltura y con un estilo propio.
Un film en definitiva sin grandes pretensiones que resulta renovador del género pero muy agradable de ver para pasar un buen rato con cine de cierta calidad.
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