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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando se dice que no hay nada nuevo bajo el sol es cierto y este dicho es muy aplicable con frecuencia en el mundo del cine, ya que determinadas películas a veces se les reviste de un ropaje nuevo, se enmascaran casi siempre trasladándolas a otro género, con un esquema archiconocido y una historia más o menos similar a otras, que ya hemos visto muchas veces con anterioridad y tenemos un producto ¿nuevo?.
Esto suele ocurrir cuando un argumento se traslada a otro género y así se decía en su momento, por ejemplo, que 'La guerra de las Galaxias' (1977) no era más que "un western espacial".
Algo de ello se podía opinar también de esta nueva producción de la Fox, 'Alien Nación' (1988) puesto que el film se envuelve en este caso en un ropaje de ciencia ficción, y si nos detenemos a analizarlo, no es más que la historia de una pareja de policías, mil veces vista, en la que se dan una serie de circunstancias especiales y bajo cuya actuación se pueden recabar otros datos que enriquecen el relato.
Por ejemplo, el carácter del protagonista, un hombre que tiene su vida destrozada por un matrimonio deshecho, un hombre duro, que ha perdido en un tiroteo a su compañero y que, ahora, tiene como ayudante a un alienígena que, curiosamente, llega a hacerse más humano y comprensible que cualquier terrestre.
Hay también un rechazo racial hacia una especie venida de otro planeta, como antes ocurría de forma similar con los negros o los indios, sin que tuvieran que llegar del espacio.
En 1988 la Tierra establece el primer contacto con una civilización extraterrestre y en 1991 sus habitantes comienzan a integrarse lentamente en la sociedad humana tras tres años en los que se han ido habituando a nuestras costumbres.
Los habitantes de la ciudad de Los Angeles se han ido haciendo a convivir con los extraterrestres que se han aposentado allí.
Pero entre los llegados del espacio también hay delincuentes y un grupo de ellos han asesinado a un policía y agentes de ambas razas colabora en la resolución del caso.
En cambio un numeroso grupo de alienígenas venidos de otro planeta, se instalan en la Tierra y al cabo del tiempo son admitidos a convivir con los terrestres, llegando incluso a escalar puestos en la sociedad y hasta convertirse en policías, como es el caso del compañero del protagonista.
Ambos investigan el asunto en el que anda por medio una poderosa droga que hace fuerte a esta raza, creada para la esclavitud y que en la Tierra goza de total libertad.
Es esta la tercera cinta que dirige el cineasta británico Graham Baker, de quien recordarán 'El final de Damien' (1981), un realizador curtido en la televisión, procedente de la creación de spots publicitarios, que hace aquí un correcto trabajo, sin alardes, con esta historia policíaca, teñida de ciencia ficción, donde juega un papel importante toda la cuestión del maquillaje y los efectos especiales en la caracterización de los personajes venidos de fuera, que a veces ocultan la verdadera expresión del rostro de actores tan conocidos como Terence Stamp o Mandy Patinkin.
El principal papel corre a cargo de James Caan en la persona del duro policía protagonista Matthews Sykes.
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