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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se trata de la adaptación al cine de una novela escrita por Joseph Kessell titulada Coup of grace, que está ambientada en 1925 en Damasco.
En dicha ciudad vive un cínico expatriado aventurero norteamericano, Harry Smith, que tiene mala fama porque se dedica al contrabando y tráfico de armas para los rebeldes, que colabora con las fuerzas del emir Hassan, durante la insurgencia siria de 1925 contra la ocupación francesa. Amparándose en su ciudadanía norteamericana y creyendo que sólo Siria y Francia son los responsables de las muertes, el hambre y las enfermedades que asolan al primero de estos dos, Harry Smith aumenta día a día y sin escrúpulos su cuenta corriente con todo aquello que, obtenido de contrabando, puede vender a quien le ofrezca la mayor cantidad de dinero.
Harry es llamado ante el jefe del contraespionaje francés, el coronel Feroud, que insiste en que le sean entregados a los franceses todos los pertrechos que tenga en su poder.
La fuerza dramática del asunto no se corresponde con la puerilidad del desarrollo de algunas escenas y determinados personajes, ya que en ella hay bastantes tópicos.
La película se salva en parte por la profesionalidad de su director, Curtis Bernhardt, un realizador alemán emigrado y afincado en el cine norteamericano, como ocurría en aquellos años con otros muchos cineastas europeos, y como por ejemplo también sucedió con la propia protagonista femenina, Marta Toren, llegada desde Suecia, para lucir en la pantalla sus maravillosos ojos verdes, frente al ya maduro galán Humphrey Bogart que, tras su muerte se convertiría en el mito que hoy día es.
Entretenido film de acción y drama sin muchas complicaciones, con una interpretación bastante más que aceptable de dos pesos pesados del cine de Hollywood como Humphrey Bogart y Lee J. Cobb, muy apropiado para pasar un buen rato.
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