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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hace veinte años la productora Disney hizo una primera versión de esta misma historia dirigida por Rob Minkoff, interpretada por Eddie Murphy, basada en las atracciones del parque californiano DisneyLand y de DisneyWorld en Orlando, creada en 1969, en la que se invita a los espectadores a entrar en la espeluznante mansión con personajes como la médium Madame Leota, la novia fantasma o el diabólico Hatbox Gho, que era de las más favoritas del público asistente.
En cambio la versión fílmica no tuvo mucho éxito.
Posteriormente se puso de moda llevar al cine las series de televisión, como 'Misión imposible' o 'Piratas del Caribe', entre otras.
Ahora nos llega a la cartelera esta semana una segunda versión de 'Mansión encantada' (2023), dirigida por Justin Simien, con algunas variantes, entre otras cosas su más largo metraje que tenía aquella otra.
Una mujer llamada Gabbie y su hijo Travis, se van a vivir a la gran mansión Gracey Mano, en Nueva Orleans, que ha comprado a bajo precio ya que necesita una restauración urgente.
Desde el primer día que ponen el pie en la casa comienzan a pasar fenómenos fantasmales y huyen despavoridos.
El padre Kent busca a Ben Matthias un hombre que trabaja como guía turístico, que ha inventado una lente que es capaz de fotografiar a los fantasmas y por dos mil dólares se presta a ello.
Aunque la cámara tiene la batería descargada simula hacer el trabajo, pero entabla amistad con Gabbie y su hijo.
En compañía del padre Kent van a la Universidad en busca del profesor Bruce Davis, que ha escrito un libro sobre mansiones fantasmales y le invitan a que visite ésta, ya que estaba deseoso de conocerla algún día, y de paso que les ayuden a liberar su hogar de los ocupantes sobrenaturales que habitan en ella que no les dejan vivir tranquilos.
Como decíamos al principio de esta crítica hay algunas diferencias en cuanto al argumento, en la duración y en este caso en la gran abundancia de efectos especiales que sobrecargan sobre todo el último tercio del relato.
Por otra parte el guion se hace un poco complicado y se alarga demasiado y en cuanto a la realización que lleva a cabo Justin Simien, que hace con este su cuarto film, es rutinaria, un poco confusa, ya que introduce muchos personajes como Madame Leota. Ocurre lo mismo que con el guion, ya que es una pura confusión toda la narración.
El peso interpretativo se lo reparten LaKeith Stanfield en el papel de Ben, un ex astrofísico metido a guia turístico, triste por la reciente muerte de su esposa Alyssa, Rosario Dawson como Gabbie, una doctora viuda con un hijo de nueve años Travis y Owen Wilson como el padre Kent.
Creemos que no era necesaria una nueva versión ya que salvo en la abundancia de efectos visuales para representar a los muchos fantasmas, en poco mejora a la original.
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