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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la historia de tres amigos, María, Suso y Nacho, que se conocen desde la Universidad y que ahora rondan los cuarenta, que, a lo largo de estos años, su amistad iba y venía, con peleillas sin importancia, con amores que circulaban de uno a otro, con historias románticas y con esa amistad que dura para toda la vida a pesar de todo.
Un día parece que Suso y Nacho se han enfadado para siempre y María pone de su parte para volver a unirlos.
María trabaja en el hospital, y encuentra a Nacho que va a hacerse una analítica, y aprovecha para decirle a Suso que a Nacho le quedan pocos meses de vida y trata que Suso, su mejor amigo, sea quien se lo diga y ante esa circunstancia volverán a hacer las paces.
Pero Suso no encuentra nunca la ocasión para ello, a pesar de que María le da toda clase de oportunidades para que cumpla el encargo que le ha hecho.
Estas ocasiones originan los momentos cómicos de esta comedia, en la que no faltan algunos flash backs de cuando eran jóvenes y en los que también surgían momentos divertidos, saltos atrás en el tiempo, que se desperdigan a lo largo de toda esta triangular historia.
Pero sin embargo en el tercio último, el relato da un giro que el espectador no se espera y lo que antes era una comedia ahora se convierte en un drama, pero en el que en ningún momento se pierde la alegría y la relación entre los tres amigos hasta la muerte, como dice el título.
Esta comedia melodramática, podíamos decir, tiene un guion escrito por Javier Veiga, que es al mismo tiempo quien se encarga de dirigirla, debutando así tras la cámara, y de asumir el papel protagonista incorporando al personaje de Suso, mientras que el actor mexicano Mauricio Ochmann incorpora a Nacho y Marta Hazas hace de María, el pegamento unidor de la amistad de este trío.
Hay que decir que la historia tiene varios giros ingeniosos que hacen que sea diferente.
En cuanto a la interpretación Marta Hazas pone la simpatía y el buen humor, Mauricio Ochmann cumple con su papel y no oculta su acento mexicano, ni los vocablos propios de su tierra, mientras que Javier Veiga trata de aportar la mayor comicidad, aunque en algunos momentos creemos que se pasa un poco de rosca.
Una comedia para pasar un rato divertido, con la duración exacta para no cansar, en la que no faltan algunos momentos emotivos.
Logró cuatro nominaciones a los premios Ibercine: a la película, a la Fotografía y a los actores Marta Hazas y Javier Veiga. Premio Tesela de plata a la mejor dirección y actor Mauricio Ochman en el Festival de cine de Alicante.
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