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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los especialistas en el cine hispano de terror, Paco Plaza y Jaume Balagueró, se han vuelto a reunir, tras 'O.T. La película' (2002), para firmar conjuntamente este nuevo producto del género que tras triunfar en el Festival de cine de terror de Sitges llega a las pantallas españolas.
La reportera de una televisión local hace cada noche un reportaje.
Esta vez acompaña a un grupo de bomberos para mostrar su trabajo, sus comidas, descansos y salidas, en este caso a rescatar a una anciana que grita atrapada en un inmueble.
Lo que en un principio es un servicio de rutina se convierte en una pesadilla al quedar clausurado el edificio por la autoridades y ser atacados los habitantes por el extraño virus que ha ocasionado el cierre, con la consiguiente muerte sucesiva de los rabiosos vecinos del mismo, sin posibilidad de poder escapar.
El film está rodado como un falso directo de reportaje de televisión, con una cámara a mano, en permanente plano subjetivo que resulta realmente mareante, sobre todo en el último tramo cuando empieza la acción y los inquilinos se encuentran ante una situación límite de la epidemia, en contraste con el aburrido y rutinario comienzo, con largos planos secuencias.
Filmado casi en tiempo real, como si la pesadilla se desarrollara ante nuestra mirada, sin posibilidad de detenerla, ni manipularla, causando el miedo y la claustrofobia, en un interminable aquelarre de horror gore insoportable, que abusa de la intensidad y en cambio desprecia el posible suspense.
La cinta no ofrece ninguna novedad, es más, se parece en muchos momentos a la tomadura de pelo que fue 'El proyecto de la bruja de Blair', (1999) de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, ya que circula por terrenos y situaciones ya vistos, con final previsible y con una más que discutible fórmula narrativa y desigual actuación de los actores a la hora de improvisar.
El guion, plagado de lugares comunes, desaprovecha la ocasión de reflexionar sobre hasta qué punto se puede manipular la información, violar la intimidad o los límites a los que se puede llegar para mostrar la realidad.
Nada de esto está en esta fallida película.
Ganó cuatro Premios en el Festival de cine de terror de Sitges: al mejor director, premio del público, premio de la crítica, premio a la mejor actriz Manuela Velasco y un Meliès de plata a la mejor cinta de terror europea.
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