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CRITICA
Por: PACO CASADO
Mucho se ha hablado sobre el Nuevo cine Español, se han hecho diversas Semanas sobre él en los cineclubs y se ha presentado en los Festivales internacionales.
De una forma o de otra lo que es indudable es la existencia de que hay nuevas formas de realización frente a las caducas maneras tradicionales que llevan a cabo directores como Manuel Summers o Carlos Saura.
Esta película tiene gran importancia en la obra de Carlos Saura por la evolución que supone respecto a sus films anteriores.
Es más opaca que La caza (1966), pero frente a la inmediatez de ésta 'Peppermint frappé' (1967) opone una confusión entre las fronteras que separan lo real y lo imaginario, lo realista y lo onírico.
El simbolismo que Carlos Saura desarrolla en ésta, su cuarta cinta, lo recoge de Luis Buñuel y lo prolonga en una dirección propia.
Aquí está el aragonés en los tambores de Calanda, en la atmósfera que reúne muchas de las obsesiones del director de Viridiana (1961), Luis Buñuel, como ese erotismo obsesivo o la importancia de algunos objetos.
Julián, es un médico radiólogo provinciano, de mediana edad, que está soltero, reprimido sexual, que un día se reencuentra con Pablo, un amigo de la infancia.
Este último ha regresado de hacer un viaje por el continente africano, ya que se acaba de casar recientemente con una guapa chica llamada Elena.
Aquí se nos cuenta esta historia absurda pero con una lógica interna de estos tres personajes puestos en una situación límite debido a una pura tensión y provocación entre ellos.
La idea le surgió precisamente en Calanda, en una Semana Santa, a partir de una imagen que le fascinó: una chica tocaba el tambor con gran entusiasmo, sangrándole las manos, realizando un auténtico autocastigo.
Esta idea, ampliada en el guion por Angelino Fons y pulido por Rafael Azcona, con la notable participación de la rigurosa labor de los intérpretes, permitió a Carlos Saura enhebrar toda una serie de imágenes que hacía tiempo deseaba visualizar y de paso cumplir su promesa de dedicar una obra al realizador de 'Nazarín' (1959).
En lo referente a su puesta en escena varía con respecto a 'La caza' (1966) con un mayor grado de estilismo en la fotografía de Luis Cuadrado, el color, el ambiente, la dirección de los actores entre ellos Geraldine Chaplin utilizada como objeto incitador y un José Luis López Vázquez insólito, factores que son muy importantes.
Curiosamente fue rechazada para ser presentada en la Mostra de cine de Venecia por "falta de calidad", algo inexplicable porque estamos ante una de las obras más logradas de este director.
Oso de plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín. Premios del CEC a la mejor película, guion y a José Luis López Vázquez. Premio Sant Jordi a la mejor cinta española.
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