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CRITICA
Por: PACO CASADO
Richard LaGravanese, autor de los guiones de 'El hombre que susurraba a los caballos' (1998) y 'Los puentes de Madison' (1995), parece que sus escritos tienen más calidad cuando los realiza otro que él mismo, caso de Robert Redford o Clint Eastwood, respectivamente.
En esta misma línea de melodrama romántico incide de nuevo con la adaptación del best seller de la autora irlandesa Cecelia Ahern de igual título, escrito con solo 21 años, que cuenta la historia de Holly y Gerry, un matrimonio perfecto que sabe superar sus diferencias, hasta que él fallece a causa de un tumor cerebral.
Antes de morir le dejó escritas una serie de cartas que irá recibiendo para animarla en su nueva y vacía vida de viuda ayudándola a superar su pérdida y a redescubrirse a sí misma en un viaje lleno de esperanza en el que tiene lugar también algunos momentos de comicidad dentro de su gran contenido de corte sentimental.
Es una especie de exploración de cómo recuperar la cordura tras la muerte de un ser querido.
El desigual guion camina por senderos previsibles, parco en sorpresas, con lugares comunes que alargan innecesariamente el relato, aunque con cierta originalidad, sin caer en situaciones sensibleras, demasiado edulcoradas o frecuentemente cursis.
Con esta historia de amor sublime y trascendido más allá de la muerte, la doblemente oscarizada Hilary Swank cambia del drama a la comedia romántica, actuando por segunda vez bajo las órdenes de Richard LaGravanese con quien anteriormente había hecho 'Diarios de la calle' (2007).
A su lado destaca la labor secundaria de otra actriz oscarizada, esta vez una veterana, la inmensa Kathy Bates en la mejor versión de sí misma.
La dirección de Richard LaGravanese, que resulta un poco plana, saca partido de los bellos paisajes escoceses y poco más.
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