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CRITICA
Por: PACO CASADO
Primero fue una buena novela que después se transformó en obra teatral terminando en guion cinematográfico que llevó a cabo Leonard Schrader, hermano del realizador Paul Schrader.
En él se nos plantea el drama de dos presos en una misma celda, uno por activista político, el otro por homosexual al corromper a un menor. En su relación, el segundo, para hacer más llevadero el tiempo, le va contando una película que narra un viejo melodrama nazi, al par que se van desgranando algunas reflexiones sobre la libertad, política y homosexual, y surge también la amistad y la esperanza.
De esa forma, Molina, va sufriendo una transformación que le lleva incluso al henoísmo por su amigo Valentín, el activista político.
Lo que en un principio comienza con una cierta monotonía entre las cuatro paredes de la celda, pronto va a cobrar interés al conocerse los condicionamientos por los que han sido encerrados juntos.
En la cinta hay dos películas que transcurren paralelas, la de la que se nos ofrece en color sepia, lo que es un hallazgo para evitar la monotonía carcelaria.
La cinta llamó la atención en el Festival de Cannes donde fue premiado William Hurt, que posteriormente recibiría tres premios en el Festival de Huelva (de la crítica, del público y a William Hurt como Mejor actor) hasta desembocar, tras las cuatro nominaciones al Oscar, con el de Mejor actor a William Hurt.
Héctor Babenco, director argentino afincado en Brasil, hace con esta su cuarta película (tan solo llegó a España, la tercera, "Pixote"), siendo esta la que le consagra definitivamente pese a que su realización es sencilla y correcta, lo que no quita que haya conseguido una buena película.
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