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CRITICA
Por: PACO CASADO
La joven Marguerite Hoffmann es una de las alumnas de matemáticas más brillante de la prestigiosa Escuela Normal Superior de Lyon (Francia), con un alto nivel intelectual.
Ella está a punto de presentar su tesis sobre la correlación de los números primos y la solución del teorema de Goldbach que viene estudiando hace ya algún tiempo.
Pero el día clave, durante la exposición de su tesis sobre esa teoría, se da cuenta de que hay un pequeño error en una ecuación que anula el resultado final de la solución del mismo, lo que le hace abandonar rápidamente la sala y sumergirse en una crisis existencial.
Tras derrumbarse su mundo terminará, momentáneamente por dejar la tesis y cambiar de vida, pero acabará por volver a comenzar de nuevo, esta vez en compañía de un compañero, Lucas Savelli, y tras dejar a su tutor, el profesor Laurent Verner, que fue quien le dirigió la tesis y ahora ha tomado a Lucas llegado de Oxford.
El resto de esta historia, esto no es más que el principio, es lo que constituye el argumento de este guion escrito a cuatro manos que resulta bastante interesante, a pesar de que la materia que trata sobre matemáticas superiores de gran altura no es una materia muy asequible para el gran público, pero eso es lo que menos importa, sino la trama que lleva a cabo la pareja protagonista.
Marguerite aplica las matemáticas al Mahjong, un juego de mesa, y participa en celebraciones clandestinas no autorizadas del mismo, jugándose el dinero, en el que la mayoría de las veces gana, como una forma provisional de obtener fondos para poder vivir, aunque su vida siempre han sido las matemáticas.
Marguerite es una chica apocada a la que su compañera de habitación, Noa, le abrirá los ojos al mundo y en ese devenir terminará encontrando el amor.
La película ofrece una reflexión sobre la búsqueda de la identidad de la protagonista y la capacidad para volver a encontrar su camino tras el fracaso dado su alto nivel intelectual en un campo que generalmente está reservado al género masculino, en el que es difícil entrar, lo que le anima a superarse.
La directora franco-suiza Anna Novion es la encargada de llevar a buen término esta interesante historia, que funciona muy bien en la puesta en escena en la que todo encaja por derecho.
Es el tercer largometraje de esta realizadora y primero suyo que vemos en nuestras carteleras, que tiene todos los ingredientes para resultar interesante en su lineal puesta en escena, con una protagonista que se hace querer por el espectador gracias al buen trabajo que hace Ella Rumpf en un papel que es ciertamente difícil por la dificultad que entraña la materia que ha de demostrar que domina y en lo que está bastante inspirada con un trabajo muy sólido además de aportar su encanto personal.
Le sigue en méritos el veterano Jean-Pierre Darroussin en el personaje del profesor que dirige su tesis.
Premio técnico al mejor diseño de producción en el Festival de cine de Cannes. César a la mejor actriz revelación Ella Rumpf galardonada también en los premios del cine suizo y en los premios Lumière.
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