Título: | EL PERFECTO ANFITRIÓN | |
Tit. Orig.: |
THE PERFECT HOST | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2010 | |
Dirección: | NICK TOMNAY | |
Guión: | NICK TOMNAY | |
Fotografía: | JOHN BRAWLEY | |
Música | JOHN SWILHART | |
Interpretes: | DAVID HYDE PIERCE, CLAYNE CRAWFORD, NATHANIEL PARKER, HELEN REDDY, MEGAHN PERRY, JOSEPH WILL, TYREES ALLEN, BROOKE ANDERSON, COOPER BARNES | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 88 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras pasar por los festivales de Sundance, Sitges, Montreal y Ámsterdam, certamen este último en el que ganó el premio del público, por fin podemos ver el primer largometraje con el que debuta en la dirección el desconocido escritor y realizador norteamericano Nick Tonnay, 'El perfecto anfitrión' (2010), un thriller psicológico salpicado con algunas gotas de humor negro.
Para escribir el guion de esta película Nick Tomnay, lo hace en colaboración con Krisha Jones, y se basó en un cortometraje suyo anterior The Host que a su vez estaba construido sobre un hecho real que le sucedió a uno de sus amigos, que tuvo un encontronazo con un hombre que se había fugado de la cárcel.
Contaba que después de atracar un banco la cara de John Taylor aparece en todos los diarios locales y noticiarios, por lo que decide que debe esconderse y desaparecer durante un cierto tiempo en un barrio acomodado de Los Angeles.
El delincuente se hace pasar por el amigo de una amiga de Warnick Wilson para que le acoja en su casa a quien tras unas copas le confiesa que las apariencias engañan, pero la verdad comienza a emerger.
Como se puede ver por el comienzo de esta crítica es la típica película de festivales, modesta, de cine independiente, que pone el acento en el ingenio como principal argumento de cara al público al que va dirigida, a pesar de su carácter artesanal debido a sus escasos medios de producción, filmada en 17 días, con un escaso presupuesto de medio millón de dólares, con actores poco conocidos procedentes de series de televisión, con giros sorprendentes y frecuentes en la trama en la que nadie conoce, con sorpresa final.
El guion, que apuesta por constantes giros, tiene algún lastre y sobre todo le sobran flash backs, no siempre incluidos en el mejor momento, así como la crítica social, la diferencia de clases o la fábula negra neocapitalista, que resultan inanes, así como algunas connotaciones sexuales, notas de suspense y de humor negro.
A lo largo de la historia se perciben algunas influencias de títulos famosos anteriores, como La huella (1972), de Joseph L. Mankiewicz, El quimérico inquilino (1976), y Callejón sin salida (1966), de Roman Polanski, La soga (1948), de Alfred Hitchcock y hasta de El ángel exterminador (1962), de Luis Buñuel.
En ocasiones parece más bien que se trata de un episodio piloto para una serie de televisión.
La cinta, que al menos mantiene la atención, da ocasión al lucimiento del actor David Hyde Pierce, que resulta un poco sobreactuado con su neurótica gestualidad, que pone de los nervios al espectador, en esta historia que resulta bastante difícil de creer.
Un thriller algo excéntrico que manifiesta algunos aspectos de la naturaleza humana según la condición y las circunstancias en que se halle, que mezcla intriga, acción, toques de humor negro en una historia con moraleja final.
Pantalla de plata del público en el Festival de Amsterdam.