Título: | EL ARTÍSTA Y LA MODELO | |
Tit. Orig.: |
ELARTÍSTA Y LA MODELO | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2012 | |
Dirección: | FERNANDO TRUEBA | |
Guión: |
FERNANDO TRUEBA, JEAN-CLAUDE CARRIÉRE |
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Fotografía: | DANIEL VILAR | |
Música | Incidental | |
Interpretes: |
JEAN ROCHEFORT, AIDA FOLCH, CLAUDIA CARDINALE, CHUS LAMPREAVE, GÖTZ OTTO, CHRISTIAN SINNIGER, MARTIN GAMET, MATEO DELUZ |
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Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras experimentar con el cine de animación con "Chico y Rita", en colaboración con el dibujante Mariscal, Fernando Trueba quiere probar en esta nueva película con el tema de la creación artística y además hacerlo en blanco y negro.
Para lo primero se ha aliado esta vez con Jean-Claude Carrière, el habitual guionista, ya octogenario, de las últimas obras de Luis Buñuel, quien interpretaba muy bien sus guiones y a su vez éste le tenía cogida la forma de expresarse del director español.
Tal vez Trueba no le ha tomado bien el aire a esta historia, la del anciano escultor Marc Cros que tiene su estudio en una montaña cerca de los Pirineos, en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, a donde llega una chica, Mercè, huyendo del régimen de Franco, a la que le da cobijo Lea, su mujer, pensando que le servirá de modelo, como también lo fue ella en su juventud, y así sacar de su estancada creatividad artística a su marido.
De esta forma entre el escultor y su modelo, reticente ésta al comienzo por sus veinte años, se establece una corriente de amistad, entendimiento y afecto mutuo, lo que no quita para que de vez en cuando el artista se ofusque y se enfade ante esos momentos en los que le falta la inspiración.
La historia prácticamente transcurre entre esos dos personajes fundamentales y en un segundo término, con breves intervenciones, la esposa, la criada, un miembro de la resistencia, el marmolista y un oficial alemán amigo que escribe la biografía del escultor.
Este último, que podía introducir un cierto suspense ante la presencia del fugitivo del maquis, no sucede así, lo que da el tono de la frialdad con la que transcurre todo el relato.
Bien es verdad que la inspiración no es algo que fluya con la misma rapidez que el artista deseara y eso hace que la narración se ralentice, que se repitan las escenas de los desnudos y las posturas de la modelo, hasta que el escultor halla lo que busca, la idea, que como él mismo dice, es lo más importante.
En esta conmovedora historia sobre la vejez, la vida, la muerte, la belleza y el desencanto del artista ante un mundo cruel motivado por la guerra, se dan cita estos dos personajes, tan distantes en edad, entre los que surge la amistad y en el conocimiento mutuo se van encontrando y ayudando, hallando lo que cada uno busca, Marc su idea para plasmar la obra de arte, ella la libertad.
Al tiempo que aprende de la sabiduría del maestro, obtiene un refugio momentáneo y tal vez el amor en el fugitivo del maquis y el octogenario escultor encuentra la belleza en Mercè.
Le queda poco tiempo y quiere aprovecharlo para legar a la posteridad su obra de arte plasmada en el cuerpo femenino.
El mismo entendimiento que se vislumbra entre estos dos personajes es el que se desprende de la actuación del veterano Jean Rochefort, con la nostalgia de la vejez reflejada en su rostro, y de la joven Aida Folch, toda vitalidad, ímpetu y ganas de vivir, con el respaldo de una ya madura Claudia Cardinale y la siempre eficaz Chuz Lampreave.
A estas alturas no vamos a dudar de los conocimientos de Fernando Trueba, aunque el mejor escribano echa un borrón, pero no es el caso, simplemente no nos parece el mejor de sus films, pero está muy bien contado, algo lento y tal vez el contacto con la naturaleza exigía el color para esta declaración de amor al arte y la belleza.
El Festival de San Sebastián 2012 le ha concedido el premio al mejor director por esta cinta.