Título: |
LO INCREIBLE DEL SEXO |
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Tit. Orig.:
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YOMBOY, I MISTERI DEL SESSO |
Nacionalidad: |
ITALIA, 1978 |
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Dirección: |
CLAUDIO RACCA |
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Guión: |
CLAUDIO RACCA |
Fotografía: |
CLAUDIO RACCA |
Música |
MARCELLO GIOMBINI |
Interpretes: |
Documental con la participación de los doctores WILLY PASINI, ROBERTO GRANATO, FRANC PARAMELLE, CARLO VALENTI, GIORGIO ABRAHAM, JOHN MONEY |
Censura: |
AUTORIZADA PARA MAYORES DE 18 AÑOS. Clasificada "S" |
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Duración: |
96 MINUTOS
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Por PACO CASADO
Basándose fundamentalmente en las explicaciones de varios doctores de diversas nacionalidades, que llevan a cabo importantes investigaciones en el campo de la patología sexual, Claudio Racca ha realizado una cinta documental y divulgativa sobre numerosos aspectos de la problemática sexual, tanto desde el punto de vista médico como sociológico, y las nuevas técnicas terapéuticas que la medicina de hoy emplea.
Desde la frigidez o la impotencia hasta la homosexualidad, se pasa revista a casos muy diversos como las reivindicaciones de los grupos "gays", las personas nacidas con deficiencias genitales, el transexualismo... etcétera, e incluso se aprovechan circunstancias como el asesinato del poeta y cineasta Pier Paolo Pasolini, muy vinculado, como es sabido, a las minorías marginadas de homosexuales.
La película está realizada de manera simple, con afán ilustrativo y in profundizar demasiado en lo que se expone, y atendiendo en muchos casos a las imágenes espectaculares o morbosas, en tanto hay temas que se tocan de forma muy somera.
Hay que señalar, por último, la crudeza con que algunas imágenes, como la operación de cambio de sexo, están expuestas, sin que se haya evitado lo más mínimo su contemplación al espectador.
Cinematográficamente la cinta resulta bastante endeble.
Descarga cartel Ficha
Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.