Título: |
A CAMBIO DE NADA | |
Tit. Orig.: |
A CAMBIO DE NADA | |
Nacionalidad: |
ESPAÑA, 2015 | |
Dirección: |
DANIEL GUZMÁN | |
Guión: |
DANIEL GUZMÁN |
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Fotografía: |
JOSU INCHAUSTEGUI |
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Música |
Canciones de JULIO IGLESIAS y DEMIS RUSSOS |
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Interpretes: |
MIGUEL HERRÁN, ANTONIO BACHILLER, LUIS TOSAR, FELIPE GARCÍA VÉLEZ, MARÍA MIGUEL, ANTONIA GUZMÁN, ROBERTO ÁLVAREZ, MIGUEL RELLÁN, MANOLO CARO, SEBASTIÁN HARO, ADELFA CALVO |
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Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: |
93 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Hay muchos caminos para llegar a dirigir una película, desde estudiar dirección en una escuela a acceder a través de las distintas facetas de la profesión, de actor, guionista, fotógrafo, etc.
Daniel Guzmán, para su primer largometraje, ha echado mano de su vivencia personal, algo que suele ser muy frecuente en los directores primerizos, y así cuenta lo que él ha vivido o conocido en su barrio.
Guzmán fue grafitero, boxeador, actor de cine, teatro y televisión, motorista, cortometrajista y ahora director de un primer largometraje.
Lo que se ve en la pantalla es en parte la vida del director, el momento de indecisión entre la adolescencia y la triste realidad, mostrada de manera pausada, divertida pero también agria, con una honestidad poco habitual, con credibilidad en los diálogos, aunque con algunas imperfecciones.
Es la historia de un viaje generacional, de un chico que huye de una mala situación familiar buscando su lugar, lo que le ocurre a Darío, un joven un tanto inestable, con su amigo y vecino Luismi, con Caralimpia, el dueño del taller que trapichea con objetos y motos robadas, y con Antonia, una anciana chamarilera, que tiene un puesto de objetos y muebles de segunda mano en un mercadillo madrileño, que vive sola, castigada por el olvido, situada en el panorama del extrarradio de una ciudad cualquiera.
Ella le echa una mano a Darío, que le ayuda en su quehacer cuando se ha ido de casa, dándole cobijo en la suya, al tiempo que le hace compañía en su soledad.
La vida de Darío discurre en un cierto desequilibrio, con un complejo sistema de lealtades, algunas no muy recomendables, a las que arrastra a su amigo Luismi.
Daniel Guzmán ya había obtenido un Goya con su corto 'Sueños' (2003), lo cual no le daba patente de corzo para que le fuera fácil acceder al largometraje, que le ha costado nueve años, y ahora se inicia en ello con toda honestidad y con dos actores debutantes, Miguel Herrán y Antonio Bachiller.
La película deambula entre la euforia y el dolor, entre el drama y la comedia, entre la tragedia y el absurdo de unas conductas al límite, tal vez fruto de una familia rota, con un padre impresentable, que aparece de forma intermitente, con el que el hijo tiene contacto en la grúa que conduce, y de una madre imposible con la que no se lleva bien, como igual ocurre con sus estudios, que tiene problemas en el instituto.
Tanto los chicos jóvenes como la anciana (interpretada por la abuela real de Guzmán) le dan credibilidad al film por su realismo, contando la historia a través de tres generaciones, los jóvenes, Caralimpia y Antonia.
El guion toca algunos temas como la amistad, la descomposición familiar, el desastre en los estudios, el coqueteo con la delincuencia, la rebeldía, el desarraigo, una cierta violencia, la soledad en la vejez, la responsabilidad de los padres, la reinserción en la sociedad.
Hay una mirada humana, autenticidad en la mezcla del drama y la comedia que destila sentimiento y veracidad, de forma intuitiva, fresca, aunque no es perfecta, pero sí interesante.
Guzmán está valiente en la escritura, al exponer una historia universal que puede suceder en cualquier lugar, pero le falta empuje en la puesta en imágenes, un poco de más ritmo en su desarrollo, evitar reiteraciones, y lo hace con el oficio impropio de un debutante.
Bien los dos chavales respaldados por los actores adultos.
Biznaga de oro a la mejor película y mejor director. Biznaga de plata a Antonio Bachiller como actor de reparto y Premio de la crítica en el Festival de cine español de Málaga 2015.