Desde muy joven aprendió baile en el Mariarden Shool of Dancing y participó en representaciones teatrales con grupos universitarios o semiprofesionales.
Después estudió en el John Murray Anderson´s Dramatic School, de Nueva York.
En 1929 debutó en Broadway y en 1930 realizó para Samuel Goldwyn la primera prueba cinematográfica, aunque es la Universal, mediante una segunda prueba hecha por David Warner, la que la contrata para debutar en Hollywood en 1931, pasando a la Warner en 1932 y firmando con la que trabajara hasta 1949.
En 1936 consiguió su primer Oscar a la mejor actriz por su interpretación en la película “Dangerous”.
Hasta un total de diez nominaciones alcanzó esta magnífica actriz a lo largo de su carrera profesional, que, sin duda alguna, es una de las más brillantes de Hollywood.
Más de ochenta películas durante cincuenta años y la no menos excitante y poco conocida vida privada de una de las más sólidas y vigorosas personalidades del cine americano, que, como sus más celebrados personajes, ni tenía pelos en la lengua ni aceptaba que nadie se interfiera en su camino.
Sus galanes fueron todos magníficos actores (Leslie Howard, Edwar G. Robinson, James Cagney, Charles Boyer, Claude Rains, Herbert Marshall, etc.), pero nunca “sex symbols”. Más que ninguna otra estrella de Hollywood, Bette Davis contribuyó decisivamente a elevar el cine a la categoría de arte, aportando además un nuevo tipo de mujer a las pantallas.
Bette Davis nació el 5 de abril de 1908 en Lowell, Massachussets y falleció el 8 de octubre de 1989 en Neuilli-sur-seine, Francia.
En 1960 le otorgaron la Estrella en el Paseo de la fama, en 1974 recibió el Premio Cecil B. De Mille en los Globos de oro, en 1986 recibió el César honorífico y en 1989 recibió el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián.