La cinta cuenta el camino que emprende una abuela y su nieto de 12 años desde el Norte hasta el Sur de Irak en busca de un hijo desaparecido, el padre de Ahmed, que nunca regresó de la Guerra del Golfo. Un relato totalmente real para el que, como ha contado Mohamed Al-Daradji, no tuvo que buscar más inspiración que la de su propia tía. “Un día, caminando por las calles de Bagdad, escuché en la radio que habían descubierto fosas comunes y pensé en mi tía, porque ella había perdido su hijo en la guerra de Irán e Irak”, ha comentado.
En su recuerdo de niño, el director reconoce que no era capaz de entender lo que significaba tener a un ser querido desaparecido “porque yo siempre sentí que estaba muerto”. Sin embargo, tiene totalmente presente cómo en las reuniones familiares de todas las casas iraquíes, “las mujeres siempre acababan llorando”.
Por eso, quiso llevar al cine este sufrimiento y, por ese mismo motivo, lo ha hecho con actores no profesionales a los que no siempre fue fácil convencer. A pesar de que Al-Daradji consiguió con su primer largometraje ‘Ahlaam’ más de 20 premios en festivales internacionales y la película representó a Irak en los Oscar 2007, confiesa que ha tenido que llamar a muchas puertas para convencer tanto a los actores como a los productores de ‘Son of Babylon’.
Para encontrar a esta abuela que no se resigna a perder a su hijo, recorrió muchos pueblos de Irak. “En su pueblo llamé a unas 25 casas y todas las mujeres que me recibían me contaban historias de este tipo y se ponían a llorar”, ha narrado el director, “pero ella no lloró, aunque tenía la tristeza en sus ojos, y en ese momento supe que podía protagonizar mi película”, cuenta. Es más, la protagonista, también tuvo a su marido desaparecido durante 22 años, estuvo en prisión e incluso perdió allí un bebé.
Para ella, como para muchas otras mujeres que aparecen en la historia de Al-Daradji no ha sido fácil ponerse ante una cámara, tanto por el dolor que supone como porque, según le decía la actriz principal al director, “no quería hacerse famosa ni ganar dinero”. En este sentido, “la única forma de convencerla –cuenta Al-Daradji- fue decirle que a través de la película podría encontrar a su marido”.
Del mismo modo, para lograr que estuviesen en su cinta las más de 600 mujeres reales que aparecen en una de las escenas del filme y que han perdido a un familiar, el director cuenta que les pagó el doble que a los hombres.
A esta dificultad se le suma el hecho de que producir en Irak es “una locura” y, como ha confesado el director de esta película, desde que empezó a rodar en 2008 “tuve que interrumpir en numerosas ocasiones el rodaje por falta de dinero”, de ahí la necesidad de buscar apoyo en el exterior.
También recorriendo Irak encontró al niño protagonista, “un niño muy listo que me sobornó muchas veces”, ha bromeado el artista que, ha añadido que “tenía que estar todo el tiempo accediendo a sus chantajes, darle regalos, jugar con él al fútbol, etcétera”, porque sino el niño se enfadaba con Al-Daradji y “traducía mal lo que yo le decía a su madre, que habla kurdo para que ella se molestara conmigo”, ha contado con un tono amable.
El cofundador de la premiadísima Human Film, una productora de largometrajes con sede en Holanda, no pretende que ‘Son of Babylon’ sea un drama sin espacio para el respiro. Entre otras cosas, porque “yo intento decirle a la gente que Irak es un país bellísimo que la guerra, las dictaduras y la invasión norteamericana ha destruido”.
Por eso, hace uso del “humor negro que caracteriza a los iraquíes” y pone énfasis en los valores culturales de un país “que continúa teniendo el legado de Babilonia”, ha resaltado.
Asimismo, el compromiso del director con lo que está sucediendo a su alrededor no termina en la película. Mohamed Al-Daradji ha fundado la campaña ‘Los desaparecidos de Irak’, con la que ha hecho un llamamiento al gobierno iraquí, la ONU, la Unión Europea y, en definitiva, a todas las instituciones internacionales para que ayuden en la búsqueda de los desaparecidos en las fosas comunes.
