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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine americano ha encontrado, desde hace unos años, un subgénero en los cómics de superhéroes para alimentar el apartado de aventuras y al mismo tiempo un rentable filón, especialmente en los pertenecientes a la casa Marvel que, al darse cuenta, se ha querido convertir en productora de sus propios tebeos y así ha iniciado la serie con este primer capítulo de Iron Man (2008), del que se presume seguirán algunos más, así como de otros héroes de la casa que esperan sean tan rentables como lo han sido hasta ahora, a pesar del elevado presupuesto invertido en éste (180 millones de dólares).
El personaje de Iron Man fue creado en 1963, un personaje muy humano con abundantes defectos y vicios, a cargo de Stan Lee, Don Hoeck, Larry Kierber y Jack Kirby inspirándose en el multimillonario Howard Hughes y así Tony Stark surge como un playboy mujeriego y bebedor, heredero de la mayor industria armamentística cuyo principal cliente es el ejército norteamericano, que se enfrenta a su turbio pasado después de sufrir un accidente con una de sus invenciones.
El argumento adapta el cómic original contextualizado y lo traslada a un ambiente contemporáneo
En una demostración en Afganistán (Vietnam en el cómic) de un nuevo misil, sufre un ataque del terrorista de Raza y tras ser apresado es obligado a fabricarle armas, pero en su lugar crea una coraza de acero de última generación capaz de volar para poder escapar.
Después de sufrir la ironía de haber sido hecho prisionero con sus propias armas y darse cuenta de que lo que él fabrica sirve para matar inocentes en lugar de para mantener el orden, decide cambiar y tratará de combatir el mal a escala global.
A partir de ese momento tendrá en contra a sus accionistas y a su mano derecha, Obadiah Stane, contando sólo con la ayuda de su amigo el militar James Rhoder y Pepper Potts, su fiel secretaria.
Una cinta de acción que, una vez más, se basa en un superhéroe de Marvel.
Un comic más, llevado al cine por un artesano como el versátil Jon Favreau, que se declara admirador de este personaje, con poca creatividad, en el que lo que resulta más interesante son los espectaculares efectos especiales de la ILM y el buen trabajo de Gwyneth Paltrow, Jeff Bridges y en menor medida de Robert Downey jr..
Marvel, como productora, inicia una estrategia para dotar a sus films de una continuidad similar a la de los cómics, de tal manera que los personajes y situaciones sean semejantes.
Se echan en falta tras la cámara nombres como Ang Lee, Tim Burton o Christopher Nolan que pusieron un poco de ingenio en los comics que tuvieron ocasión de llevar al cine.
Este no es más que un pasatiempo que se deja ver sin esfuerzo, tan previsible como espectacular, pero no entusiasma.
Fue nominado a dos Oscar, edición de sonido y efectos visuales y al Bafta también por los efectos visuales. Tres premios Saturno de la Academia de ciencia ficción para el film, la dirección y Robert Downey jr.
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