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CRITICA
Por: PACO CASADO
Christian Carion debutó en el largometraje de ficción con 'La chica de París' (2001) donde hacía un homenaje a la tranquila vida en el campo. En su segunda película lo hace a la paz y a la confraternización, la que llevaron a cabo los soldados franceses, alemanes y británicos durante la víspera de la Navidad de 1914 al inicio de la Primera Guerra Mundial.
Fueron unos hechos ciertos recogidos por Yves Buffetaut en su libro 'Las batallas de Flanes y de Artois 1914-1918'. En el capítulo 'La increíble Navidad de 1914', se cuenta que los oficiales contendientes decidieron pactar una tregua de 24 horas, intercambiando cigarrillos, chocolates, bebidas y cánticos, celebrándose actos como un partido de fútbol, un concierto de un tenor alemán e incluso una misa.
Carion se ciñe a lo ocurrido inventándose algunos personajes (la soprano danesa Anna) o resumiendo otros (el oficial alemán Hortsmayer), pero sin tergiversar los hechos, que fueron considerados como de alta traición, siendo ocultados o destruidos los documentos que lo probaban por algunos de los países.
Como se dice en el film no se puede fusilar a 200 pero fueron trasladados y reprendidos tanto desde el punto de vista militar como religioso por parte de un obispo británico a su capellán. En este punto se carga la mano con respecto al fanatismo que demuestra esta autoridad eclesiástica.
Hay también una cierta crítica hacia los políticos y militares que programan las guerras desde sus despachos sin tener en cuenta la vidas de los que tienen que luchar y que pueden morir.
No siempre los hechos reales puestos en una pantalla, por mucha fidelidad que tengan, son más creíbles por ello, como ocurre aquí que parecen más propio de la ficción de Luis García Berlanga en 'La vaquilla' (1985) o de 'Mi mejor enemigo' (2004), vista recién en el Festival de Huelva.
Uno de los puntales más firmes de la cinta es el reparto, muy bien elegido y muy acertados todos en sus cometidos.
Con un alto presupuesto, cuidada dirección y ambientación, bella fotografía e interesante música, se logra una sencilla y sensible producción llena de humanidad y antibelicismo.
Esta película ganó el premio Fipreci en la Seminci de Valladolid 2005 y ha sido designada por Francia para competir al Oscar, al Globo de Oro y al Bafta al mejor film en lengua no inglesa, aunque aquí se respetan todos los idiomas, incluido el inglés, en la versión original. Tuvo seis nominaciones al César. Premio del público en los festivales de Santa Barbara y Leds. Premio Júpiter al actor Benno Fürman.
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