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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine español ha vuelto recientemente a recuperar la comedia nuestra que tantos éxitos comerciales produjo en la mitad del pasado siglo.
Ahí están títulos memorables como 'No desearás al vecino del quinto' (1970), que fue uno de los más comerciales y significativos, por ejemplo, por no hacer más larga la lista.
En estos últimos años se ha vuelto a este género tan español pero con algo de más estilo que aquel y de nuevo ha vuelto a tener éxito, tras algunas décadas de ausencia de las pantallas.
Ahí están los apellidos vascos y catalanes, las Carminas, 'El olivo' (2016), 'Kiki, el amor se hace' (2016) y algunos títulos más.
Tonet tiene permiso de fin de semana en la mili. Lo que no se espera es que sus tres mejores amigos Tomy, Jaume y Sento, lo aguardan sin saberlo, para que desconecte de la férrea disciplina militar y llevárselo a Benidorm a divertirse disfrutando del sol, la playa y chicas en traje de baño, pero lo que no esperan, es dar con unas francesas espectaculares, ni verse envueltos en una delirante trama de atracadores, falsificadores y ladrones y ser perseguidos por la policía, cuando lo que buscaban realmente eran suecas en bikinis y en cambio pasarán uno de los fines de semanas más surrealista e inolvidable de sus vidas.
Una road movie que transcurre entre persecuciones, amistad, sexo, ingenuidad y turismo, ambientada en la costa levantina en 1962 en pleno boom turístico de aquellos años sobre lo que se hicieron tantas películas intentando enseñar lo que la censura no permitía entonces que apenas eran unos discretos bikinis en el mejor de los casos.
Una comedia con las situaciones más disparatadas que pondrán a estos amigos, si se descuidan, a un paso de la muerte.
El guion está basado en la adaptación al cine de una de las series más emblemáticas y adoradas de la televisión de la Comunidad valenciana ¡La alquería blanca' (2007), que debió tener su éxito a nivel local, siendo el responsable de este paso a la gran pantalla el mismo director de la serie televisiva, Santiago Pumarola, que ahora la resume en esta 'Benidorm mon amour' (2016), contando con casi el mismo reparto original de actores que la hizo posible en la pequeña pantalla.
El barcelonés Santiago Pumarola debutó en el cine con 'Mi día de suerte' (1998), que al parecer no le debió dar mucha ya que desde entonces se ha dedicado a hacer series de televisión como la ya mencionada, 'Arayán' (2001) o 'Amar es para siempre' (2005), siendo este film que comentamos su segundo largometraje para el cine.
Desafortunadamente con este título ha vuelto a la comedia de los años 60 con todos sus defectos y ninguna de sus virtudes, porque ni siquiera resulta comercial.
Chistes escatológicos y situaciones sin gracia, una historia sobre instintos primarios previsible, un guion sin imaginación y unas interpretaciones con todos los tópicos de las producciones de entonces que hoy día ya no hacen gracia y están pasadas de moda.
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