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CRITICA
Por: PACO CASADO
En este caso no estamos ante un actor que se ha pasado a estar detrás de la cámara sino de un director de fotografía, János Edelényi, que se ve apto para llevar a cabo una producción como director, tras hacer tres tv. movie y un corto, debutando con 'Príma Primavera' (2009) y ahora nos ofrece su segundo largometraje y a fe que ha conseguido un resultado bastante aceptable.
Dorottya es una actriz húngara joven, con un ardiente interés de poder actuar en Inglaterra. El legendario actor Sir Michael Gifford sufre la enfermedad de Parkinson desde hace bastante tiempo y desea que lo dejen tranquilo, recluido en su casa de campo al margen de su público, mostrándose rebelde en aceptar su mal estado actual.
Cuando ella se convierte en su cuidadora, espera que se cumplirá su deseo. La cuestión es ser o no ser y en ese caso sólo hay una respuesta, tratar de cumplir la meta que nos hemos propuesto.
Una comedia dramática muy interesante que trata sobre la vejez, la enfermedad, la juventud en torno a esta ambiciosa chica húngara que es contratada para cuidar al veterano y prestigioso actor Sir Michael Gifford, experto en representar obras de William Shakespeare en los escenarios, estando reconocido como el mejor en su especialidad, que está enfermo de Parkinson y no puede valerse por sí mismo y como persona es un gruñón, arisco e insoportable.
Pese a las reticencias iniciales del intérprete, éste entabla una buena amistad con la chica, con la que comparte el mismo amor por el teatro y por Shakespeare, que le ayudará a vivir de forma más intensa, aprendiendo lecciones vitales por ambas partes.
La chica ha superado así la primera prueba en la casa y también al presentarse a una audición en el teatro.
La película, cuyo guion extrae del director algunas de sus experiencias familiares vividas, recuerda a otras que siguieron esquemas parecidos como era el caso de 'Perfume de mujer' (1974), de Dino Risi, 'El crepúsculo de los dioses' (1950), de Billy Wilder en versión femenina, 'Intocable' (2011) de Eric Toledano y Olivier Nakache, o más recientemente 'Antes de ti' (2016), de Thea Sharrock, entre otras, en una mezcla de comedia y tragedia, pero aquí la originalidad está en que se centra en un actor y el film resulta ser una auténtica reivindicación muy apasionada de este bonito oficio de convertirse en otra persona mediante la actuación.
El protagonista está muy bien retratado, ya que en principio actúa como un auténtico cascarrabias y comportándose de manera algo prepotente, utilizando dentro de su conversación y forma de hablar el vocabulario y algunas frases aprendidas de las obras del famoso dramaturgo inglés como la cosa más normal del mundo.
La relación que se establece entre el actor y su cuidadora está muy bien escrita, porque ella es una gran admiradora de su talento a la hora de interpretar, pero no es necia, y a veces se enfrenta a él y le da mucha leña.
A pesar de que el trasfondo es dramático la cinta posee bastante buen humor en la transmisión del conocimiento y de la intolerancia inglesa que exige una pronunciación perfecta para actuar en el teatro o en el cine.
No es casualidad que el director sea húngaro ya que reivindica en muchas escenas la aportación al arte que ha hecho su país.
La frase de la película es "actuar no es lo que hacemos, es lo que somos".
Ni que decir que destaca la portentosa actuación del actor escocés Brian Cox, amparado por cotizadas actrices de raza como Emilia Fox y Anna Chancellor y el descubrimiento de Coco König.
Un film delicioso y muy entretenido, con una notable banda sonora, que es un homenaje a los actores, sobre la superación de algunos obstáculos por parte de la juventud, el envejecimiento, la enfermedad y en definitiva a la vida misma.
Premio Opening Night y premio a Brian Cox a su carrera, en el Festival de Stony Brook. Brian Cox fue nominado al Bafta escocés a mejor actor.
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