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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras su paso por el Festival de cine de Berlín, y de estrenarse con gran éxito en Estados Unidos y Francia, llega a las carteleras españolas 'El editor de libros'.
Thomas Wolfe (1900-1938), autor de Del tiempo y el río, era un diamante en bruto, un escritor de gran talento, pero incapaz de frenar y gestionar su creatividad.
Su éxito y reconocimiento le llegará gracias a su editor, el gran Maxwell Perkins, que trabajó en la editorial Charles Scribner and Sons, descubridor también de Ernest Hemingway, John Steinbeck y Francis Scott Fitzgerald, entre otros.
Perkins dedicó miles de horas de un tiempo que quitó a estar con su familia, a pulir los defectos de la literatura del genial Wolfe y la relación que se estableció entre ambos con sus altibajos y momentos felices es lo que cuenta esta historia, y tanto con él como con su esposa compartieron una extraordinaria amistad.
El guion es la adaptación al cine de la biografía Max Perkins: editor de genios, del ganador del Premio Pulitzer A. Scott Berg, donde refleja cómo era el autor de El niño perdido o Del tiempo y el río, un escritor de carácter egocéntrico, que escribía con frases muy largas que hace que el espectador no sintonice con él, que cuenta la relación de estos dos genios del mundo de la literatura: Thomas Wolfe y su editor Max Perkins.
Es la ópera prima de Michael Grandage, que fue director del prestigioso Teatro Donmar Warehouse de Londres desde el 2002 hasta el 2011 y sucesor de Sam Mendes en ese importante cargo.
El guion de John Logan, al que se le deben los de Gladiator (2000), El último samurái (2003) o La invención de Hugo (2011) sitúa la historia en el Nueva York de 1921 donde el prestigioso editor acierta a publicar la novela de un joven escritor desconocido que se llama Thomas Wolfe que tiene el problema de su enorme extensión, que se proponen reducir entre ambos con los consiguientes problemas.
La película expone los contrastes existente entre el editor, que es tranquilo, reflexivo e inteligente, y el escritor que es grandielocuente e impulsivo, y a pesar de ello, entre ambos se establece una buena amistad, porque para Max es como el hijo que siempre deseó, aunque tuvo cinco hijas, y para Thomas es el amigo que siempre quiso tener.
Habla del poder de los libros en un contexto histórico en el que eran básicos para la cultura, ya que en aquellos tiempos no existía aún internet, como sucede ahora, ni la capacidad de los medios de comunicación y además la dificultad que había para poder publicar una obra.
Resalta la figura anónima del editor, como le ocurre a los montadores de cine, que hacen un trabajo en la sombra que no se suele conocer, pero esta vez el film pondera su figura.
Nacido en Nueva York en 1894, Max estudió en Harvard y tras ejercer de reportero en el periódico del New York Times llegó a la editorial Scriber en 1910 y revolucionó la literatura americana.
Fue en 1914 cuando un manuscrito firmado por un joven de 22 años llegó a sus manos, era el de A este lado del paraíso, de Scott Fitzgerald, y así ocurrió después cuando tuvo el enorme mamotreto de El ángel que nos mira, de Thomas Wolfe, y supo que era una gran obra, que había sido rechazada por otras editoriales, le ayudó a reelaborar ésta y otras de sus novelas y a mejorar las historias, ya que ambos tenían en común que amaban la literatura.
Posee un estupendo reparto en el que destaca la contención de Colin Firth, que está genial, frente a la arrogancia e incontinencia verbal del personaje juerguista y esposo infiel que interpreta Jude Law, a ratos un poco exceesivo, y el buen trabajo que hace Nicole Kidman como Aline, la esposa de éste último, de gran personalidad.
Tiene una belleza notable en algunos encuadres y planos extraordinarios, al tiempo que una buena ambientación en el Nueva York de aquellos momentos.
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