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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuenta la historia de cómo Ray Kroc, un mediocre vendedor de batidoras de Illinois, que todo lo que toca fracasa, un buen día de 1954 conoció a los hermanos Mack y Dick McDonald, que regentaban una hamburguesería que habían abierto en 1940 en San Bernardino, al sur de California, que trabajaba de manera diferente para servir comida rápida, que despachaban en treinta segundos y al precio de quince centavos, en donde todo funcionaba como un mecanismo de relojería.
Impresionado por la velocidad del sistema de cocina del establecimiento, Kroc se dio cuenta del potencial del negocio, les convenció para asociarse con ellos y expandir la franquicia, tras lo cual hábilmente se fue posicionando hasta lograr arrebatársela y crear el que hoy es el impero de un billón de dólares.
Más que un biopic del creador de McDonald's es la historia del nacimiento de un gran negocio multimillonario.
La película narra cuando Ray Kroc, con aprietos económicos, adquirió la franquicia y plasma la habilidad de éste para ver el potencial de esos dos hermanos con un veloz sistema que habían ideado para preparar comida rápida.
Es un film interesante, que no hace publicidad de esta marca de hamburguesas, sino la radiografía de un tipo ambicioso por crear beneficios, carismático, charlatán y mesiánico.
Es fácil comparar esta historia con la de Henry Ford ya que se trata de una producción en cadena en la que en lugar de coches se cocinan y despachan hamburguesas.
Tiene rasgos patrióticos ya que Kroc cree que su cadena de establecimientos es la nueva iglesia americana.
Esta cinta es ideal para empresarios que quieran aprender a construir un buen negocio con este retrato, nada complaciente, de un megalómano implacable capaz de cualquier cosas para lograr su propósito de la persecución del sueño americano desde el capitalismo hasta el corporativismo sin escrúpulos.
Interesa cómo está explicada esa historia de un personaje oscuro, inmoral, ruin y ambicioso, del que quedan cosas por saber, por ejemplo, la relación con su primera mujer Ethel, los motivos que tuvo para divorciarse de ella y contraer un segundo matrimonio con Joan Smith, con la que estuvo unido hasta su muerte en 1984.
Expone la poca ambición de los dos hermanos que sólo quieren un pequeño negocio familiar, en el que anteponían la calidad a las ganancias, que podían manejar y controlar fácilmente, ya que los otros locales que abrieron habían fracasado, que se conforman con poco, lo que contrasta con la ambición de Kroc que lo expande y termina haciéndose el dueño, erigiéndose como el creador del mismo, el fundador de la franquicia ya que les arrebata hasta su apellido, que sonaba mejor que el de Kroc, comprando el negocio por 2'7 millones de dólares.
Otra de las cuestiones del personaje, que no acaba de estar bien explicado, es de dónde saca el dinero para comprar tantos terrenos en lo que está el negocio, como le hace ver Harry J. Sonneborn, un experto en finanzas, en lugar del pobre porcentaje que había firmado con los hermanos.
El director tejano John Lee Hancock no es de los que se prodigan, ya que en 25 años tras las cámaras únicamente ha hecho media docena de películas, más o menos correctas y comerciales, pero sin complicarse mucho la vida; la última de las suyas vistas ha sido 'Al encuentro de Mr. Banks' (2013) y en ésta dirige de la misma forma, sin altibajos, sin dramatismo, ni emoción en la narrativa, con un Michael Keaton que está muy controlado, que se toma su papel con un entusiasmo tan perseverante como dice su personaje y junto a él destacan John Carroll Lynch y Nick Offerman en el papel de los dos MacDonald.
Premio Capri al mejor actor Michael Keaton compartido con Andrew Garfield por 'Hasta el último hombre'.
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