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CRITICA
Por: PACO CASADO
Últimamente están llegado a las carteleras películas con niños en las que cada una de ellas expone un problema. En esta ocasión es la de una niña huérfana acogida por su tío, superdotada, lo que de ser una bendición de Dios se convierte en un auténtico problema.
Ambientada en un pueblo costero de Florida, cuenta la historia de Frank Adler, un hombre soltero, que vive reparando barcos, que tiene que criar a una inteligente niña prodigio, que es su sobrina Mary, tras el fallecimiento de su madre.
La chica tiene una gran habilidad para las matemáticas y su abuela Evelyn lo sabe bien.
Mientras que su tío intenta que la vida de la pequeña sea lo más normal posible y disfrute de su infancia, la intransigente y despótica Evelyn tiene otros planes para ella cuando Bonnie, la profesora de Mary, descubre sus buenas dotes para las matemáticas.
Como consecuencia Frank se verá obligado a luchar denodadamente por su custodia y que tenga una vida escolar como todos los niños de su edad, que juegue y tenga una infancia feliz, pero sus planes se verán arruinados cuando las habilidades matemáticas de la pequeña de 7 años empiezan a ocupar toda la atención de su abuela.
Junto al problema personal de Mary, se une el de la custodia.
Los films protagonizados por niños suelen encantar a los espectadores más pequeños que se identifican con ellos y a los mayores les recuerdan su infancia, les emocionan, provocan la risa, las lágrimas o la angustia.
A sus once años Mckenna Grace ya ha interpretado más de 40 títulos entre el cine y la TV, estando a medio camino de ser la niña repelente y la adorable, lo que tiene que ser una pequeña de su edad, que hace aquí un excelente trabajo.
La oscarizada Octavia Spencer, en el papel de Roberta, su vecina, hace una estupenda interpretación, en una especie de voz de la conciencia del protagonista.
Dirige de forma contenida y convencional, pero eficaz, este modesto drama independiente, que usa los elementos propios del género, Marc Webb, del que recordamos la antirromántica '500 días juntos' (2009), que le dio a conocer, que toca los resortes adecuados para emocionar al espectador.
De esta forma vuelve a sus orígenes de cine pequeño sobre relaciones humanas, de familias disfuncionales, con esta pequeña historia que habla de esos niños superdotados y su inclusión en la vida cotidiana, que se aburren en los colegios porque saben más que lo que les enseñan los profesores y la relación tirante con la abuela, con la vecina que la cuida cuando el tío está trabajando y con Bonnie, la profesora, con la que se estable el consabido romance.
El guion de Tom Flynn se inspira en algunos hechos conocidos por él y otros de familiares, que refleja en esta sencilla historia.
Es de una gran emotividad y sensibilidad ese aspecto de los niños superdotados que no hacen más que estudiar y se olvidan de los juegos y de divertirse. La niña vive con su tío que le enseña, sin ir al colegio, y cuando por fin va se descubre que es superdotada y los profesores quieren que desarrolle todo su poder intelectual, no sólo por la niña sino por lo que les puede dar a ellos y a la sociedad.
El único que cuida del porvenir de la chiquilla es el tío, que quiere tratarla como un ser normal ya que hay antecedentes trágicos en la familia y la abuela en cambio como un fenómeno y que estudie en un colegio especial para ellos, qune que tenga que ir a una familia de adopción, sin el cariño de sus más allegados.
La lucha judicial que se establece entre madre e hijo forma parte del interés de esta historia que aunque en principio puede parecer algo previsible, sin embargo está contada sin caer en sensiblerías y captando plenamente la atención del espectador.
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