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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por los Festivales de Chicago, de Cannes, en el apartado "Una cierta mirada", y la sección oficial del Festival de cine europeo de Sevilla 'El taller de escritura' (2017), llega a las carteleras españolas.
Antoine, un chico solitario y amante de los videojuegos bélicos, con los que pasa buena parte de su tiempo, de ideas de extrema derecha, es uno de los siete alumnos que integran un taller de escritura, que representan la diversidad étnica y religiosa de la Francia de hoy, que tiene lugar en La Ciotat, como parte de un programa de integración social en el que deben escribir una novela policiaca con la ayuda de la profesora Olivia Dejazet, una conocida escritora.
A lo largo de las distintas clases vuelve a surgir el pasado de la ciudad y del astillero allí establecido cerrado desde hace un cuarto de siglo, pero nada de esto interesa a Antoine.
Él es el más rebelde del grupo que se opone a casi todas las ideas que dan los demás compañeros que a veces lo hace con cierta violencia, volcado en sus propias preocupaciones y creencias políticas más actuales lo que hace que se enfrente a los demás e incluso a Olivia con una actitud que alarma y a la vez seduce a la novelista.
La adrenalina que surge del desacuerdo y del intercambio de ideas se hace notar a lo largo de las distintas reuniones del taller de escritura que tiene lugar en el sur de Francia, durante un verano junto al mar, en el que el grupo de jóvenes trata de escribir esa novela negra de la mano de Olivia, novelista especialista en ese género de gran éxito.
Cuando Antoine opone sus ideas a las de los demás, empiezan a revelarse las dinámicas sociales subyacentes en el grupo al calor del pasado industrial del lugar y de la popularidad de Marine Le Pen.
Laurent Cantet, uno de los directores más interesantes del país francés, como lo ha demostrado con títulos como 'El empleo del tiempo' (2001) y 'La clase' (2008), con la que ganó la Palma de oro en el Festival de cine de Cannes, posiblemente su mejor película hasta ahora, domina el arte de poner en escena un debate y convertirlo en algo apasionante y de hacer un cine político lejos de consigna de partidos.
El realizador francés pone ahora el foco en los adolescentes, la precariedad y el auge de la extrema derecha, en esta historia que narra cómo este grupo de jóvenes, con la ayuda de Olivia, explora desde el compromiso social y el optimismo una realidad cercana.
A lo largo de las reuniones del taller, que constituyen el grueso argumental del film, con algunas pausas intermedias centradas sobre todo en el personaje de Antoine y de las relaciones que ocasionalmente mantiene con Olivia, surgen temas como la violencia, la discriminación, el racismo, la homofobia, así como ideas políticas y morales, que aparecen durante las discusiones, sobre los protagonistas y la temática de la novela a escribir, borrándose así los límites entre la realidad y la ficción.
Al tiempo se hace una panorámica sobre los comportamientos de la juventud gala en estos momentos, como pretende conocer la directora del taller para enriquecer a los personajes de la propia novela que ella está terminando de escribir.
Lo que podía ser una divertida iniciativa para pasar el verano junto al mar en las soleadas calas de la ciudad marsellesa, se convierte en un juego de poder e influencias y en el último tercio se centra en la relación Olivia Antoine, donde ella busca entender algo que le inquieta y atemoriza del joven solitario.
Con este nuevo trabajo Cantet vuelve a retratar con gran veracidad a la juventud francesa actual al tiempo que invita a reflexionar sobre esta sociedad y su cultura empujada por la crisis económica y el ascenso de la extrema derecha.
El guion, que ha sido escrito por el director con Robert Campillo, con el que ya hizo el de la premiada 'La clase' (2008), parte de un reportaje de 1999 en el que participó éste sobre un curso de escritura en el que los jóvenes deberían escribir sobre su ciudad y el traumático proceso del cierre de sus astilleros.
La idea, convertida en cine, toca temas como la crueldad en el mundo en el que vivimos y otros que van surgiendo a lo largo de las discusiones ya apuntados, que sirven como retrato de una sociedad y de una juventud que se desmarca de una historia que no es la suya para encontrar su lugar en un mundo hostil que les golpea con la precariedad, el terrorismo, el racismo o la xenofobia.
El problema es que termina de una forma un tanto abrupta, que deja la historia un poco en el aire y no acaba de convencer.
Es como una continuación de 'La clase' (2008), con los alumnos más mayores, aunque distinta y no mejor que aquella que habla de las barreras culturales e ideológicas de la juventud francesa, de la lucha de clases, el racismo, la influencia de las nuevas tecnologías.
Los actores, la mayoría jóvenes actores debutantes, seleccionados en institutos y centros deportivos, salvo Marina Foïs, la profesora, que fue nominada a los premios César, se comportan adecuadamente sin que destaquen sobremanera.
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