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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una película dirigida por Sydney Pollack, interpretada por Harrison Ford y Kristin Scott-Thomas, siempre tiene interés.
Cuando se piensa en Harrison Ford se nos vienen a la memoria films de acción como 'En busca del arca perdida' (1981), 'La guerra de las Galaxias' (1977), 'Blade Runner' (1982), 'Único testigo' (1985), pero no hay que olvidar que su versatilidad llega también a la comedia con títulos como 'Armas de mujer' (1988), 'Sabrina (y sus amores)' (1995) o al drama con 'A propósito de Henry' (1991).
De Pollack podemos recordar desde 'Tootsie' (1982) a 'Memorias de África' (1985) e incluso 'Sabrina (y sus amores)' (1995) donde ambos coincidieron.
Y de Kristin Scott-Thomas es inolvidable 'El paciente inglés' (1996).
La historia se basa en una novela de Warren Adler, escrita en 1984, adaptada por Darryl Ponicsan y convertida en guion por Kurt Luedke.
La cuestión está en que su anécdota es corta y en la primera media hora ya ha ocurrido lo más importante.
Un policía del departamento de Asuntos internos se entera por la televisión del accidente de un avión en el que viajaba su mujer.
Cuando consulta la lista de pasajeros figuraba con otro nombre, como esposa del marido de una senadora del partido republicano, descubriendo así la infidelidad de los respectivos cónyuges.
El resto de la cinta se reconstruye sobre la desolación, el dolor y la ruina de los dos supervivientes tratando de rehacer sus vidas y surgiendo otra historia de amor que nos parece menos creíble.
Él insiste de manera masoquista en conocer los detalles de la infidelidad de su esposa; a ella, en cambio, no le interesa que nada de ello transcienda, prefiere que todo se olvide, para no enturbiar su campaña política.
El ardor que pone él en el asunto contrasta con la frialdad y agudeza de ella.
El relato se salpica con algunos momentos dramáticos, morbosos en ocasiones, junto a otros íntimos, de comedia elegante, como es habitual en las producciones de Sydney Pollack, teñidos de cierta melancolía.
La química entre Harrison Ford y Kristin Scott-Thomas va acorde con los personajes que interpretan, aunque ambos están espléndidos en sus papeles, con buenos secundarios como respaldo.
El desequilibrado guion hace que la película se alargue en exceso y que pierda el ritmo, pero nunca aburre, dada la acertada dirección de Sydney Pollack.
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