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CRITICA
Por: PACO CASADO
La productora Disney a lo largo de su historia nos ha ofrecido productos maravillosos, pero lo que es en esta ocasión con 'Un pliegue en el tiempo' (2018), creemos que ha equivocado el camino al contarnos esta historia.
Meg Murry es la clásica estudiante de 13 años con problemas de autoesima que desea encajar en el mundo que le rodea. Es hija de dos físicos de prestigio mundial, es inteligente y tiene gran talento, como su hermano pequeño Charles Wallace, pero no es consciente de su propia valía.
Hace cuatro años se produjo la desaparición, sin dejar rastro, del Sr. Murry, un científio famoso que intentaba demostrar que el viaje espacial era posible usando únicamente la mente.
Esta ausencia dejó a Meg destrozada y a su madre con el corazón roto, sin embargo la pequeña está a punto de descubrir no solo que su padre tenía razón, sino que puede que siga vivo dentro de un pliegue en el tiempo.
Para ello, inesperadamente, tres guías celestiales llegan a la Tierra para ayudarle a encontrar a su padre y junto con su hermano y su amigo Clavin emprenden la búsqueda.
Viajan a través de una arruga en el tiempo y el espacio llamada teseracto, que les lleva a mundos más allá de su imaginación.
Una historia de fantasía y aventuras para toda la familia con el sello Disney dirigida por Ava Duvernay y basada en la novela 'Una arruga en el tiempo', firmada por la autora norteamericana Madeleine Lenglet, que se publicó en 1962, a pesar de ciertas dificultades, ya que 26 editoriales rechazaron el original por estar firmado por una mujer y protagonizado por una niña.
No obstante fue galardonada con la Medalla Newbery de literatura infantil y se convirtió en un clásico que levantó cierta polémica ya que mezcla la ciencia ficción con una fantasía inane, con conceptos de astrofísica, con ideas propias de una secta o de la cienciología de lo que se desprende un discurso anticristiano, motivo por el cual fue prohibida durante un tiempo en la Estados Unidos.
Uno de los temas es la batalla entre la luz y la oscuridad que simbolizan el bien y el mal donde triunfa el amor de Meg a su padre, encuentra la forma de superar sus miedos y hallar su lugar en el mundo.
Ahora un equipo mandado por otra mujer la lleva al cine con el respaldo de los estudios Disney y aunque el resultado es desigual nos hallamos ante una cinta espectacular pero confusa, retórica, en la que el diseñador canario Paco Delgado, dos veces nominado al Oscar, se aventura por primera vez en un mundo de fantasía al que dota de un gusto por el exceso al vestir a los tres personajes espaciales que ayudan a los chicos, a los que da su visión al margen de la novela.
No siempre es fácil adaptar un libro a la pantalla porque en este caso lo que cuenta no interesa al publico infantil al que va destinado con un guion que deja demasiados huecos que producen fallos en la narracion.
Esta pelicula tiene una forma diferente de hacer espectáculo, con un abuso de los efectos visuales, con unos valores que la sociedad rechaza y una manera de ver el mundo ya olvidada.
Está hecha de colores y sensaciones pero es frustrante con un guion sofisticado y un desarrollo de personajes poco convincente.
Al igual que las tres enviadas celestiales, la filosófica señora Quién, la inquisitiva señora Qué y la líder de ellas, la señora Cuál, a la hora de hacer la pelicula también fueron tres mujeres las que ayudaron a ello, la productora Catherine Hand, la directora Ava DuVernay y la guionista Jennifer Lee, las que se unieron para hacer este despropósito absoluto y total en el que no se entiende cómo un film para niños avance con diálogos tan grandielocuentes y seudofilosóficos y sin apenas accion.
Así como la directora afroamericana Ava DuVernay nos causó una buena impresión con 'Selma' (2014) en esta ocasión nos ha decepcionado, con secuencias demasiado alargadas y falta de ritmo en general.
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