|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se sitúa en Arizona en el año 1860.
Durante la Guerra civil Fort Bravo está situado en tierras de Arizona y es el asentamiento del 18 de Caballería, al mismo tiempo que es una prisión militar rodeada de desierto y de indios, que acoge a un nutrido grupo de prisioneros sureños.
Los cautivos del Sur preparan una fuga a pesar de la vigilancia a que les somete el astuto capitán nordista.
El capitán Roper es el responsable directo de su custodia y de darles caza cuando pretenden ejercer la escapada.
En plena Guerra de Secesión norteamericana, el fuerte Bravo se ha convertido en un campo de prisioneros, además de un baluarte en la lucha contra los indios apaches.
A ese lugar llega Carla Forester, la novia de uno de los oficiales confederados que están prisioneros.
Es amiga de la hija del coronel, que está prometida al capitán que manda a los prisioneros sudistas y que colaborará en la evasión.
La joven no revela su condición, pues su intención es ayudar a escapar a su prometido.
Pero durante su estancia en el fuerte se enamora del capitán Roper, uno de los oficiales unionistas, que es el encargado de impedir la fuga.
Dividida así entre el amor hacia ambos, Carla opta por renunciar al afecto que siente y organizar la huida.
Roper les perseguirá tenazmente, pero ninguno de ellos ha contado con la peligrosa presencia de los indios apaches.
'Fort Bravo' (1953) nos da la oportunidad de contemplar una típica película del oeste de los años cincuenta del cine norteamericano, producida por la mítica Metro Goldwyn Mayer con todas las características de un film ambientado en las postrimerías de la Guerra civil norteamericana, con la clásica lucha contra los indios apaches y con el salvamento de los héroes a cargo de la caballería en el último minuto.
Está dirigida por John Sturges, todo un especialista en el género con dos de las estrellas del momento como principales protagonistas.
Entre estas aventuras no faltan tampoco los amores de la dama y el protagonista, en este caso interpretados por William Holden y Eleanor Parker, que está en lo mejor de su espléndida belleza y el siempre competente John Forsythe como el tercer lado del triángulo.
Aquí se nos ofrece ese Oeste mitificado por multitud de títulos de este género, que aún estaba sin prostituir por las producciones europeas de este estilo, sin excesiva violencia y con una ingenua historia casi de tebeo norteamericano.
Producción de puro consumo, hecha con dignidad, con todos los resortes comerciales, realizada por un director experto que hace su largometraje número 18, pero que aún no había logrado sus mejores títulos del género, los que le darían auténtica fama y llevarían su nombre a figurar entre los más destacados nombres del cine del oeste, con varias obras maestras en su haber como 'Duelo de titanes' (1957) o 'Los siete magníficos' (1960).
Una cinta que nos trae viejas añoranzas de una época de esplendor de la gloriosa productora del león, la M.G.M.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE