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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine italiano en su momento, siguiendo una moda como ocurrió con el western, surgió el llamado giallo o thriller a la italiana creado por Mario Bava y seguido entre otros por Darío Argento, del que ahora se hace un remake feminista, irregular y un tanto pretencioso de su película 'Suspiria' (1976).
La historia se sitúa en los años 70 cuando Susie Bannion, una bailarina americana, llega a Berlín (en el original era Friburgo) para cursar sus estudios de danza en la Markos Tanz Company, una de las escuelas más prestigiosas, dirigida por Madame Blanc.
El film comienza con Patricia, una alumna del centro que consulta con el psicoterapeuta Dr. Josef Klemperer que poco después descubre que la chica ha desaparecido.
No se trata de un hecho aislado, lo que hace sospechar a Susie sobre la implicación de la academia en esta misteriosa desaparición y teme que se vuelva a repetir con más alumnas.
El doctor acude a la policía para denunciar el hecho pero no le escuchan y entonces conecta con Sara, otra de las bailarinas, que investiga en lugares cerrados del centro donde le esperan unos terroríficos hallazgos.
'Suspiria' (2018) supone la incursión del irregular director Luca Guadagnino en el cine policiaco con esta nueva versión del clásico de culto de igual título, algo inmerecido, que se ha convertido en uno de los directores italianos más aclamados de la actualidad.
La primera cinta suya que vimos fue 'Melissa P.' (2005) a la que siguió 'Yo soy el amor' (2009) y más recientemente 'Cegados por el sol' (2015) y 'Call me by your name' (2017), posiblemente la mejor de las suyas hasta ahora de este cineasta aficionado a las adaptaciones y nuevas versiones como se puede ver por su filmografía.
Aquí el director hace una nueva versión en la que cuenta cómo una compañía de danza de renombre mundial se ve envuelta en extraños sucesos que atañen a la directora artística, a una joven y ambiciosa bailarina y a un afligido psicoterapeuta.
Esta obra de Guadagnino dio mucho que hablar a la prensa a su paso por la Mostra de cine de Venecia debido al fuerte carácter gore y por la adaptación que se ha hecho de ella, que con un ritmo pausado va creando una atmósfera insana en la que se dan cita el terror, la violencia, la política, la religión y la brujería.
La historia se alarga tremendamente, deteniéndose de forma desmesurada en los múltiples ensayos de la espasmódica danza que se hace de la obra que finalmente habrá de ser representada.
A lo largo de la trama se introducen otros hechos que no le encontramos mucha razón de ser ni una explicación lógica, lo que aumenta más el metraje ya de por sí extenso, cuando la versión original duraba tan sólo 95 minutos, en la que se sucedían los crímenes uno tras otro, mientras que aquí se introduce un largo aquelarre de brujas para el que se buscan víctimas, que no recordamos hubiera en la otra.
Bien es verdad que cuando se hace un remake generalmente se quiere con ello contar cosas nuevas, aportar algo más a lo ya existente o incluso dar la versión personal del nuevo adaptador y eso creemos que es lo que ocurre aquí.
Para los espectadores que no estén muy interesados en esta clase de danza moderna les resultará aburrido, empleándose términos que le son desconocidos, probablemente queriendo trascender la danza a consideraciones superiores.
Posee una fotografía bastante oscura cuando no de grueso grano y color desvaído que parece blanco y negro en algunos momentos.
La interpretación tanto de Dakota Johnson como de Tilda Swinton nos parece correcta, pero nos da la impresión de que a Guadagnino se le dan mejor otros temas que este género, a juzgar por el resultado obtenido en esta ocasión y su reflejo en la taquilla.
No tiene sentido que Tilda Swinton haga también el papel del Dr. Klemperer con una máscara y gruesa capa de maquillaje.
Cuenta aquí de nuevo con Jessica Harper que fue la protagonista, esta vez en el papel secundario de Anke.
Mejor canción y efectos especiales en la Mostra de cine de Venecia.
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