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CRITICA
Por: PACO CASADO
La cinematografía americana, como una de las más potentes económicamente, cuando necesita algo no tiene más que importarlo. Y en este momento lo está haciendo con aquellos directores que son especialistas en cine de acción espectacular.
Así sucedió con el alemán Wolfgang Petersen director de 'El submarino' (1981) y ahora con el chino John Woo, realizador que ha hecho ya en territorio yanqui 'Blanco humano' (1993) y 'Broken Arrow: Alarma nuclear' (1996), demostrando de lo que es capaz.
En esta nueva historia, tan increíble como casi imposible, se juega con la cirugía estética, ya que asesino y policía cambian sus rostros para llevar a cabo sus respectivas y opuestas misiones, uno de hacer saltar por los aires un centro cultural en Los Angeles y el otro de dar caza a tan vil criminal.
La idea en sí es original, pero tan convencional que no hay quien se la crea. Si se trata de entrar en el juego y dejarse engañar, aceptando este punto de partida, tan absurdo, la acción resulta entretenida y tiene hasta sus puntos de tensión y sus pinceladas emocionales.
Pero entre col y col, lechuga, dice el refrán.
Entre secuencia y secuencia su mucha de acción y violencia que es lo que sabe hacer bien y coreografiar mejor el chino Woo, que para eso fue contratado.
Y entre esas lechugas unos rábanos: John Travolta que, tras ser rehabilitado por Quentin Tarantino, se ha convertido en uno de los especialistas del cine de acción, como igual ocurre con Nicolas Cage después de interpretar 'La roca' (1996) y 'Con Air. Convictos en el aire' (1997), en este caso en el papel de un malo perverso.
Aquí el trabajo tiene el aliciente de la complicación de que ambos actores tienen que asumir el doble papel de asesino y policía cuando se intercambian las caras.
En definitiva un film sólo apto para los que gustan de películas de acción tan increíbles pero tan espectacular como ésta.
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