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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras participar en el Festival de Cannes 2018 y posteriormente en los de Sitges y Bilbao, llega a las carteleras española 'Ártico' (2018).
Hay directores que para haber su debut en la dirección del primer largometraje suelen elegir una historia sencilla, alguna experiencia personal, algo que sea fácil de rodar, sin muchos problemas, pero en otras ocasiones siempre hay un loco que gusta de complicarse la vida, de filmar una película poco menos que imposible en la que luchar contra los elementos.
Este es el caso de Joe Penna, un director nacido en Sao Paulo, en Brasil que, tras realizar varios cortos y series de televisión dirige ésta su ópera prima para el cine con un film realizado con un exiguo presupuesto de dos millones de dólares, elige una historia minimalista, complicada de rodar en lucha contra la naturaleza, prácticamente con un único actor y en unas condiciones climáticas extremas.
Títulos de historias de supervivencia en el cine se podrían citar unos cuantos desde el clásico Robinson Crusoe basado en la novela homónima de Daniel Defoe, de 1719, hasta nuestros días y este es uno más de ellos en este caso en la nieve.
De entrada nos encontramos con Overgard, un hombre del que nada sabemos, que lleva un tiempo perdido en el Ártico, refugiado en una accidentada avioneta, no muy grande, de la que ha hecho su casa y aprovechado los pocos elementos de que disponía para sobrevivir.
Ha escrito con grandes letras un SOS retirando la nieve y dejando el ennegrecido suelo al descubierto para hacer contraste por si alguien lo v e desde el cielo y le puede socorrer.
Ha aprendido a defenderse del frío, el aire helado y las tormentas, a pescar su comida, unos peces que va conservando en hielo para que no le falte como único tipo de alimento.
Huye a esconderse de los osos polares y con una magneto procura hacer señales de socorro cada jornada al levantarse por si alguien las recibe.
Un día aparece un helicóptero, le hace señales, pero éste se estrella y la posible operación de rescate fracasa.
Acude en su socorro, pero el piloto ha muerto y tan solo sobrevive una mujer a la que cuida una herida en el abdomen y trata de mantenerla viva, llevándosela a su avioneta donde permanece inconsciente.
Ante ello, un día el hombre duda entre permanecer en su improvisado campamento o emprender una peligrosa expedición por si pueden ser localizados
Con un mapa que encuentra en el helicóptero para poder orientarse trata de salir de ese infierno blanco con la mujer inconsciente, lo que le dificulta más la tarea.
La cinta narra la historia de ese hombre y su lucha por sobrevivir en medio del Ártico, atrapado en un paraje helado y hostil, donde ha buscado refugio en los restos de esa avioneta accidentada.
Este Robinson helado también tiene su Viernes en esa mujer que rescata, que poco le puede ayudar en su estado de inconsciencia, pero al menos puede combatir así la soledad y la locura teniendo que cuidar a un ser vivo.
Tiene los problemas de las películas de supervivencia, ya sea en el desierto, el mar o la nieve, la soledad de un único protagonista, en la que prácticamente nada pasa más que el suspense de si habrá final feliz, pero éste tarda en llegar.
Está protagonizada como único personaje prácticamente por el reconocido actor danés Mads Mikkelsen, que tiene su mérito mantener él solo todo el interés de este film, sin apenas palabras porque no tiene con quien hablar lo que le hace carecer de emoción, pero a pesar de todo mantiene muy bien el interés del espectador, arropado por una estupenda fotografía y notable música.
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