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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un oficial médico, Savigny, y un rebelde marinero raso, Thomàs, ambos supervivientes, de distinta clase social, del naufragio de la fragata de la marina francesa, Alliance, en junio de 1816, que embarranca en un banco de arena a unas millas de las costas de Senegal, durante la colonización de Senegal, dando testimonio en el juicio acerca de lo ocurrido, exponiendo el trauma que les supuso a cada uno de ellos estar a la misericordia de Dios durante 13 días perdidos en el mar hasta ser descubiertos por un barco.
Como los botes para la evacuación no son suficientes para acoger a todos los tripulantes, se construye una precaria embarcación de doce metros de largo por seis de ancho, en la que se obliga a subir a los 147 hombres y mujeres que quedan a bordo: soldados, marineros, algún pasajero y cuatro oficiales que, dotados de armas, custodian en el centro de la balsa los escasos alimentos que pudieron embarcar.
El plan que se había previsto es que los botes remolcaran la balsa hasta la orilla, pero el pánico y la confusión se apoderaron del convoy y alguien cortó la soga que los remolcaba, abandonando así la balsa a su suerte sin rumbo, sin esperanzas de ser encontrados por alguna embarcación o de poder alcanzar tierra.
El hambre, el frío, la sed, la soledad, las inclemencias del mar, la locura y una lucha encarnizada que se desata en la balsa a la deriva en la que poco a poco algunos van muriendo por inanición, otros muertos a manos de sus compañeros para poder sobrevivir con los pocos alimentos que había para todos, para finalizar comiendo carne humana de los recién fallecidos.
De los 147 tan sólo sobrevivieron finalmente quince de ellos.
La película comienza con el juicio que se establece entre el oficial Savigny y el marinero Thomàs que van exponiendo sus pareceres y distintos puntos de vista, dando testimonio acerca de lo que había ocurrido.
En medio se intercalan las imágenes, reconstruidas, de lo que pudo ser aquella inmensa tragedia.
El guion está escrito por el italiano Alessandro Baricco basado en su segunda novela, 'Oceano mare', editada en 1999, especialmente centrado en el capítulo El vientre del mar, y el director mallorquín Agustí Villaronga, basado en hechos reales, en el que alternativamente se nos van ofreciendo las declaraciones del juicio sobre los hechos que tuvieron lugar entre los desesperados integrantes de la improvisada y precaria embarcación.
El texto, una especie de poema en prosa, que en principio se pensó para una obra de teatro que adaptó Villaronga, que se suspendió días antes de su estreno, resulta bastante embarullado en el que se trata de exponer cómo se enfrenta la persona humana a un conflicto de este calibre.
No es de extrañar por tanto que el film tenga un cierto tufillo teatral, realizado con un presupuesto mínimo y en un estudio, ya que casi todo se desarrolla en la balsa y el juicio prácticamente, salvo una breves escenas en tierra que no tienen mucha explicación.
A pesar de su corta duración resulta algo monótono y repetitivo.
Estos hechos fueron reflejados en el cuadro pintado por Théodore Géricault en un óleo gigante que tituló La balsa de Medusa, que se encuentra en el Museo del Louvre de París.
La fotografía de Josep M. Civit y Blai Thomàs resulta bastante oscura en muchos momentos y las imágenes en color apenas si se distinguen de las de blanco y negro por su tono apagado.
En lo interpretativo destaca como figura más conocida el trabajo de Roger Casamajor, actor habitual en el cine de Villaronga.
Premio de la crítica en el Festival de Moscú. Biznaga de oro a mejor película española y Biznaga de plata a la dirección, guion, música, fotografía y actor (Roger Casamajor) en el Festival de cine en español de Málaga, aunque está en catalán.
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