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CRITICA
Por: PACO CASADO
Posiblemente cuando éramos pequeños habríamos visto la edulcorada visión que nos daba la película Sissi (1955) de Ernst Marischka, con Romy Schneider y las secuelas correspondientes de la imagen de la emperatriz Elizabeth de Austria.
Ahora en este nuevo film 'La emperatriz rebelde' (2022) podemos ver la otra cara de la moneda de esta figura histórica de la que se nos da una nueva faceta inusual en este austero retrato.
Cuenta la historia que en 1877 la emperatriz Elizabeth de Austria, una Sissi que cumple cuarenta años, en un momento en el que las mujeres estaban condenadas a convertirse en invisibles en una sociedad en la que únicamente las quería a ellas jóvenes y hermosas, ella se considera ya una anciana, que está preocupada por su figura y su belleza, aspecto por el que es idolatrada por su pueblo y trata de mantenerse joven, intentando conservar su imagen durante su estancia en la corte del Emperador Francisco José I, donde llegó a inspirar las tendencias de la moda de aquel momento.
Ante su triste y aburrida vida con un marido muy ocupado en los asuntos de estado, le invade el aburrimiento y hace frecuentes escapadas a Viena y otros lugares.
Agobiada por los corsés, los ayunos, los ejercicios gimnásticos, la practica de la esgrima y la equitación, la peluquería, las mediciones constantes, la vigilancia del peso, y los tratamientos de belleza para mantener su estatus social, Elizabeth se rebela y se busca a sí misma en esta biografía no autorizada.
La cinta tiene ciertos apuntes anacrónicos en esta narración acerca de esta mujer que lucha contra sus circunstancias, como la filmación de una película veinte años antes cuando el cine no se inventó hasta el 28 de diciembre de 1895, el consumo de heroína o el hábito de fumar cigarrillos de la emperatriz, entre otros.
La realización de la directora austriaca Marie Kreutzer, que hace con éste su quinto largometraje y primero suyo que conocemos, lleva a cabo un guion confeccionado por ella misma que resulta bastante plano, compuesto por una serie de cuadros de las costumbres de la emperatriz, en las que no sucede nada especial en la historia, sin una unidad argumental y falto del interés del drama en el que se ve envuelta la protagonista.
Cuidado en cambio otros aspectos como el vestuario, los decorados y la bella fotografía de los paisajes donde se desarrollan la escenas de exteriores, etc..
Vicky Krieps, actriz a la que recordarán de El hilo invisible (2017) nos muestra aquí una semblanza de Elizabeth de Austria, más conocida como Sissi Emperatriz, todo un icono de belleza y de moda, devorado por su propia imagen, cuya labor ha sido reconocida con varios premios.
En la banda sonora se puede escuchar a la cantautora francesa Camille, así como otras canciones actuales lo que resulta un tanto anacrónico.
Premio a Vicky Krieps en la sección Una cierta mirada en el Festival de Cannes. Hugo de Plata a Vicky Krieps en Chicago. Mejor película en el Festival de Londres. Premio especial del jurado a Vicky Krieps en Montclair. Premio Corazón a Vicky Krieps en Sarajevo.
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