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CRITICA
Por: PACO CASADO
En España vemos a diario cómo la gente joven emigra a otros países en busca de una vida mejor, por la falta de trabajo y de un futuro esperanzador, al menos. Ante este problema el cine no ha hecho oídos sordos y así la crisis ha aparecido en varias películas y también como consecuencia de ello la emigración que es el punto de vista elegido por esta producción alemana.
Cuenta las penalidades que atraviesa Elena, una joven griega con estudios, que emigra a Alemania en busca de un futuro mejor, centra la trama.
Elena se ve obligada a aceptar un trabajo como niñera en Frankfurt, cuidando a Lotte, la hija de año y medio de Tessa, una ejecutiva alemana que desea hacer compatible su maternidad con su carrera profesional de diseñadora.
El argumento se convierte en un thriller psicológico cuando la pequeña Lotte un día desaparece y ambas mujeres ven sus vidas alteradas por este suceso.
Esta odisea, enmarcada en la actual crisis económica, refleja las dos Europas existentes, la rica representada por la alemana Tessa y la pobre que es la figura de la griega Elena, según la visión de su director el germano Christian Zübert que debutó en 2001 y hace con éste su sexto largometraje tras las cámaras, siendo el primero suyo que podemos ver en nuestro país.
El film en su argumento se traslada, al comienzo, de Atenas a Frankfurt, iniciándose como drama social y acaba convertido en un thriller psicológico de suspense con cambio del punto de vista centrado en la historia de Elena primero hasta la pérdida de la niña y es entonces cuando Tessa toma el protagonismo y podemos ver que también hay crisis en la pareja rica, en la que Jan, el marido, no desea que Tessa trabaje y debido a ello la culpa de lo sucedido.
Por otra parte también Elena tiene otro drama añadido que no vamos a desvelar para no hacer spoiler en su relación de pareja con su novio, Costa.
En el tercio final la actitud de Tessa es la propia de una madre que, en principio, ha perdido a su hija y la busca como una leona en celo, aunque sea dando bandazos sin mucho sentido en un país que no conoce y un idioma que no habla, con cierto remordimiento de culpa y debido las recriminaciones de su marido, que le hacen tomar conciencia, comportándose por último de forma egoísta con respecto a Elena, cuando ya ha encontrado lo que más quería.
Aunque el director no toma partido por ninguna de las dos mujeres, ambas son víctimas de sus respectivas circunstancias.
El guion tiene algunos giros argumentales un tanto previsibles e inverosímiles, mientras toca temas como la familia, el paro, la economía, la crisis, la inmigración, la precariedad, como hemos apuntados antes, pero también aflora la culpa, el perdón, la redención y junto a ellos están los problemas de la maternidad o las relaciones de pareja con un desarrollo irregular en cada una de las dos mujeres protagonistas y con un final un tanto inesperado.
En el aspecto interpretativo se centra en las dos mujeres, con un trabajo solvente, quedando los hombres relegados a un segundo plano.
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