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CRITICA
Por: JOSÉ MONTESINOS
Hubo una época en el cine español donde ocurría igual que en italiano, que se copiaban los éxitos o géneros que se ponían de moda en aquel momento y se rodaban films como rosquillas. Pero ese tiempo ya pasó, estamos hablando de la década de los setenta.
Desde entonces de vez en cuando el cine patrio saca adelante una película como aquellas, en las que se nos introduce en el cine de género, con reparto americano y rodada en inglés, por aquello de poder vender a otros países una película española pero como si fuese americana.
Y en esas estamos con “La mina”, producida por un conocido productor, Olaizola, y el cual no ha tenido el más mínimo reparo en poner el dinero necesario para que llegara a buen puerto.
Narra la historia de un joven que tras salir de prisión por asesinar a un hombre, aunque fuese fortuitamente, regresa al hogar familiar donde dejó a su hermano, que ahora se ha convertido en el pastor del pueblo y a su esposa e hijo.
El hermano le ofrece un trabajo de vigilante nocturno en la mina que se encuentra cerrada. En apariencia un trabajo tranquilo, pero una vez comienza descubre que alguien se encuentra en la misma aunque no consigue dar con él.
Pero una serie de muertes desencadena que el joven intente proteger a su familia.
La historia que ha ideado Miguel Ángel Jiménez, que hace con este su segundo trabajo tras ‘Chaika’ (2012) estrenada de forma muy exigua, va jugando con el melodrama de una familia desestructurada y el terror, pero vemos que se detiene demasiado en mostrar el drama de esta familia, ya que prácticamente este tema se come el 90% de la historia para dejar justo en los diez minutos finales toda la traca violenta.
El guion adolece de una espina dorsal con más enjundia pues se dedica todo el tiempo a ir ofreciendo pistas falsas para posteriormente resolver la historia en un abrir y cerrar de ojos, quedando el público con la boca abierta por cómo termina todo.
A parte de que el guion posee un sinfín de irregularidades, lagunas y que no tiene apenas consistencia, su director realiza una película falta de interés, con numerosos baches a lo largo de su narración, con secuencias inconexas entre sí y con los habituales sustos salpicados a lo largo de toda la trama, sin que se entre en profundidad en nada.
Si posee por el contrario un buen sonido, sobre todo en los diferentes efectos, lo único destacable que vemos en un film realizado con escaso presupuesto y que trata de engañar al respetable, pues ni es un drama ni mucho menos una película de terror como la publicidad intenta hacernos creer.
El reparto está compuesto por un puñado de caras desconocidas que actúan como pueden ante la cámara.
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