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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces con sólo ver el afiche de una película, por los actores o el director, podemos saber de qué va la historia o a qué genero pertenece, pero con los títulos del director coreano Hong Sang-soo la cuestión no es tan fácil ya que suele sorprendernos con los temas que trata, aunque hasta ahora el que posiblemente más le interesa es el de las relaciones de pareja, pero no conocemos los 17 títulos que constituyen su filmografía, tan sólo 'En otro país' (2012), primero suyo que se vio en España, y sí vimos también la anterior, 'Ahora sí, antes no' (2015) que nos sorprendió como lo ha hecho 'Lo tuyo y tú' (2016).
Un amigo visita a Yongsoo, que es pintor y que tiene lesionada una pierna, por lo que anda con muletas, y le cuenta lo que circula por el barrio acerca de su novia, con la que pretende casarse, a la que dice que han visto tomando copas con otros hombres.
Debido a ello Youngsoo y su novia Minjung discuten por el supuesto flirteo de la chica con desconocidos y ella lo niega pero él es incapaz de aceptarlo y termina marchándose de casa.
Al día siguiente Youngsoo, dolorido por no confiar en ella, la busca con la esperanza de encontrarla, ya que para él el amor es lo más importante que hay en este mundo; entretanto Minjung, o una chica idéntica a ella, tiene citas con distintos hombres que dicen conocerla, mientras lee y bebe en un bar del barrio.
Esta historia nos recuerda a Ese oscuro objeto de deseo (1977), de Luis Buñuel, en la que el realizador aragonés empleaba a dos actrices diferentes para un mismo personaje y aquí es sólo una para todas la mujeres posibles, lo que confunde más.
Hong Sang-soo es un cineasta bastante prolífico al que le gusta reflexionar acerca de la identidad, el amor y las relaciones de pareja, que sigue explorando en esta nueva comedia.
A lo largo de su filmografía ha desarrollado un lenguaje y una estética sobre los largometrajes que ha escrito y dirigido, lo que le ha convertido en uno de los directores coreanos más apreciados en la actualidad, reafirmado con los premios que ha logrado en los festivales en los que ha presentado sus obras.
En este caso trata sobre la indecisión amorosa y la confianza en la pareja, tema que ya ha tocado otras veces.
Para amar es necesario conocer a la persona amada y depositar la confianza en ella de respeto y fidelidad y cuando eso se logra no hay que hacer caso a rumores que pueden romper la relación.
El film explota el concepto de identidad mientras le plantea al espectador una serie de preguntas a las que no le da respuesta.
La propuesta del director coreano es original y sorprendente aunque es difícil de comprender, en lo que influye el parecido de las mujeres que da lugar a la duda de si es ella o no, o si es su hermana gemela que quiere bromear, lo que le da un cierto suspense a la trama.
No obstante el guion de esta historia se sigue con interés aunque de entrada hay que advertir que no es una cinta para toda clase de público, ya que se trata de una reflexión algo surrealista sobre lo que se suele exigir a la pareja y hasta qué punto nos volvemos celosos o egoístas.
Está contada a base de largos planos fijos de manera que se confunde la realidad con lo imaginado con ese desdoblamiento de la protagonista, una mujer que se muestra bastante caótica en su comportamiento y su afición a la bebida de la que no sabemos bien si miente en su relación para no reconocer su conducta o si realmente existe una doble, con un humor muy particular a lo largo de toda la historia.
Película minimalista que juega aquí con el desdoblamiento del personaje de la protagonista dejando al espectador en la duda si es realidad, ficción, sueño...
Agradablemente nos dejamos tomar el pelo, no le pidamos una solución, mientras lo pasamos bien con esta historia.
Concha de Plata a mejor director en el Festival de San Sebastián. Premio de la Sociedad cinéfila internacional y de la Sociedad de críticos online al mejor film.
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