Por JOSÉ MONTESINOS 

  Parece que el cine de terror debe estar en crisis de ideas porque si no es así no nos explicamos como las últimas cintas estrenadas son remakes de películas estrenadas a finales de los 70 y principios de los 80. La que nos ocupa no es más que otro remake de una película titulada “Siete mujeres atrapadas” estrenada en 1983 y que los guionistas han lavado la cara, le han cambiado algunos pasajes y listo, ya tenemos película nueva.
 La acción transcurre en un campus universitario, en la casa de una hermandad un grupo de chicas deciden gastarle una broma al novio de una de ellas, pero con consecuencias trágicas, ya que esta presa de los nervios termina por asesinarla y las chicas deciden hacer desaparecer el cuerpo y el arma homicida. Tiempo después las chicas comienzan a recibir mensajes alarmantes que les alertan de que alguien sabe lo sucedido y esta comenzando a asesinar a todo aquel que tuvo algo que ver con el suceso.
 La historia que se nos presenta, a parte de no ser novedad puesto que se ampara en una cinta anterior, sigue los mismos conductos del típico género de jovencitos que empiezan a ser asesinados de las más diversas formas. La historia no se tiene en pie, posee muchos cabos sueltos, aquí todo vale con tal de ofrecer al espectador lo que demanda y así parece que estamos viendo una película vista ya en muchas ocasiones, ya que la historia difiere muy poco de otras, siguiendo a pies juntillas la premisa. Ante el nulo aporte del guión, la dirección no puedo hacer nada o no quiere, orquestando un filme típico donde ni los posibles sustos causan efecto en la mayoría de las ocasiones e intentando tomarnos el pelo en el tramo final de la película, al margen de quedar abierto el relato para una posible secuela.
 El reparto esta compuesto por jovencitas poco conocidas para el gran publico, algunas de ellas totalmente desconocidas que se mueven al son que les dicen y donde lo único que saben hacer es lucir palmito.
Poco más hay que decir de una película carente de interés de principio a fin y donde no encontramos nada que pueda salvarse.