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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una nueva aventura está a punto de comenzar, antiguos y nuevos personajes además de viejas caras conocidas, se preparan para lo que está por llegar, pues antiguos secretos de la Fuerza e importantes revelaciones del pasado serán descubiertos.
Esta octava entrega de la saga espacial comienza inmediatamente después de los hechos ocurridos al final de 'Star Wars: El despertar de la fuerza' (2015) en la que empezaban a aparecer nuevos personajes como Rey, Finn, Kylo Ren, Snoke, entre otros, y desaparecer algunos de la primitiva trilogía del comienzo que tan populares se hicieron.
En ella se plantean nuevas incógnitas para los protagonistas que se inicia directamente con una espectacular batalla de los rebeldes de la Resistencia contra los malvados de la Primera Orden mandados por el líder supremo Snoke y el indeciso Kylo Ren.
Con arreglo a lo dicho anteriormente la princesa Leia Organa hace su última aparición en la consagrada saga en este nuevo capítulo, debido a la prematura muerte de Carrie Fisher el 27 de diciembre de 2016.
La líder de la Guerra Civil Galáctica compartirá pantalla, por última vez, con su hermano Luke Skywalker, interpretado por Mark Hamill, a quien va a buscar Rey para que vuelva, pero se hace de rogar.
Junto a ellos, otros clásicos como Chewbacca, E2D2, C3PO regresan al lado de los novatos como Finn o el piloto Poe Dameron que se convierte en una suerte de Han Solo, para dar energía, fuerza y espectáculo en esta nueva aventura, en la que los momentos cómico están en los robots y las nuevas criaturas creadas en esta ocasión en esa especie de pollitos que ponen caras de pedir algo.
La saga continúa y ahora los héroes de 'El despertar de la Fuerza' (2015) se unen a las leyendas galácticas en una misión épica que descubre antiguos misterios de la Fuerza y sorprendentes revelaciones del pasado.
La película anterior, que arrancaba con la amistad entre un piloto rebelde y un soldado de asalto con remordimientos, era necesaria para la presentación de algunos de los nuevos personajes.
Rian Johnson sustituye a JJ. Abraham como director y guionista. Si la anterior dio a los fans de la serie lo que deseaban, ésta en cambio trata de volar más alto que ninguna de las anteriores.
El guion no nos deja ni un momento de respiro antes de meternos en esta historia que no decae durante las dos horas y media de duración de su metraje con constantes persecuciones y batallas de lo más espectaculares.
Sin aventurarse en terreno desconocido Johnson refuta las férreas convenciones que han definido esta saga desde hace cuarenta años e introduce conceptos visuales que le dan un nuevo sentido.
El argumento corta y añade cosas pero la apuesta sale bien tras identificar y corregir los problemas que presentaba el film de JJ. Abraham y también identifica los aciertos y el espectacular reparto de la anterior.
Aquí el premio se lo llevan, una vez más, los veteranos, Mark Hamill y Carrie Fisher, que están espléndidos, él se luce con este nuevo aspecto uraño y paranoico, y por parte de ella nos produce nostalgia tras su muerte con una interpretación llena de matices y momentos sentidos.
La hora final es extraordinaria, la dirección rompe con todo y toma decisiones arriesgadas, es interesante las lecturas sociopolíticas que pueden sacarse de algunos personajes como el de DJ que hace Benicio del Toro y el de Kylo Ren que interpreta Adam Driver, con un mensaje distinto al que nos tenían acostumbrados como es la anarquía absoluta y no la conquista de un imperio como querían los precedentes.
Esta cinta es importante para el futuro de la saga y del episodio 9 del que se va encargar de nuevo JJ. Abraham, que va a tener que trabajar porque han quedado muchos conflictos sin solucionar.
El director ha sido valiente al aparcar a algunas figuras clásicas, pero la continuación lo tiene difícil porque la nueva trilogía no tiene nada que ver con estos personajes.
Rian Johnson, el director de Looper (2012), que proviene del cine independiente, coreografía y mezcla bien el drama con algunos golpes de humor, muchas batallas y algunas sorpresas narrativas al tiempo que rompe el componente místico religioso.
Dejando aparte las tres primeras las demás han sido más flojas, y simplemente suponen una operación comercial, prolongada además en los juguetes y los videojuegos para contentar a los fans.
La narración es algo confusa en algunos momentos para los espectadores que no sean adictos a la saga.
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