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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una vez más el cine americano se basa en una serie de televisión que al parecer tuvo mucho éxito en los años ochenta en los Estados Unidos, 'The Dukes of Hazzard' (CBS, 1979-85) que en nuestro país se vio con el título de 'El sheriff chiflado'.
La película también arrancó bien allí.
La historia se centra en dos retrasados mentales, Bo y Luke, que se dedican a repartir el licor fabricado de contrabando por su tío Jesse en un Dodge color naranja al que llaman el General Lee y que adorna su techo con una bandera de los confederados.
A su vez tienen una primita de muy buen ver, Daisy, que les ayudará a combatir al corrupto Boss Hogg que les quita su granja con malas artes para explotar una mina de carbón que se encuentra situada en ella.
Todo son carreras, persecuciones, destrucción de coches, peleas multitudinarias, pero sin más argumento que esa simple anécdota.
La versión cinematográfica se ha actualizado un poco, se le ha puesto una pizca de picante y algo más de espectacularidad.
Los encargados de llevarla al cine son el director Jay Chandrasekhar, autor de títulos como 'Club desmadre' (2004) y más recientemente 'Super Maderos' (2001), y como principales protagonistas Seann William Scott a quien recordarán de las inefables 'Colega ¿Dónde está mi coche?' (2000) o 'Road Trip: Viaje de pirados' (2000) y Johnny Knoxville a quien vimos no hace mucho en la lamentable 'Jackass: The movie' (2002).
Con estos créditos no se puede esperar más que perder el tiempo ante tanta estulticia y encefalograma plano, porque lo que es risa y diversión brillan por su ausencia.
El doblaje es bastante deficiente.
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